La negra Arencibia, una actriz llena de energía
especiales
Anabel Arencibia, joven actriz cubana
Fotos: cortesía de la entrevistada
La negra Arencibia, como se hace llamar en las redes sociales Anabel Arencibia, es una joven y popular actriz que se ha ganado el cariño y la aceptación del público cubano en poco tiempo.
Para quien desde pequeña tenía muy claro pertenecer al mundo del arte, llegar hasta donde está hoy más que un reto es un sueño hecho realidad.
“Yo no fui de esas niñas que jugaba a la maestra o a la enfermera, siempre me gustó bailar y tenía claro que quería hacer arte, pero no conocía exactamente la actuación”.
Según Arencibia, tras el intento fallido de entrar a la Escuela Nacional de Danza decidió probar su suerte en la Escuela Nacional de Teatro.
“Recibí algunos talleres pensando que tendría la oportunidad de entrar más rápido a ese centro escolar pero no fue así, y como me estaba resultando difícil continuar, además, por problemas económicos; mi mamá decidió quitarme de estos e ir en busca de alguien que me preparara directamente”, dijo.
Contó que cuando descubrieron que las pruebas eran dentro de un mes no sabían por dónde empezar.
“Pedían elasticidad, flexibilidad, un poema, una canción... muchas cosas que en ese tiempo parecían imposibles, sin embargo le puse mucha bomba y logré presentarme, gracias al apoyo de mi familia.
“Recuerdo que cuando vi por primera vez a Corina Mestre, mi maestra del alma, y a otros actores que veía en televisión entré como en un shock emocional y más fuerte aún, cuando supe que había aprobado.
“Ese día llamé como tres veces con diferentes voces para ver si era cierto porque no me lo creía. Fue así como entré a la escuela y tuve los mejores cuatro años de mi vida”.
Su primer papel lo asumió cuando cursaba el tercer año de la carrera y participó en la obra Ricardo III, bajo la dirección de Jazz Martínez Gamboa.
“Esa fue la oportunidad para hacer teatro profesional y compartir con 21 mujeres de la talla de Verónica Lyn y otras prestigiosas actrices cubanas”.
Al comentar sobre sus personajes en televisión expresó que la teleserie Calendario marcó un antes y un después en su existencia.
“Siento que entré con el pie derecho a este mundo y Calendario ha sido un punto de inflexión en mi carrera, dándome paso a nuevas oportunidades.
“Al principio tenía miedo competir con otros actores reconocidos y con mayor experiencia, pero Magda confió en mí y me dio un personaje.
“Inicialmente me presenté al casting para Sofía pero terminé haciendo de Inés, un papel que me permitió desdoblarme y conocer otra parte de mí.
“Soy una persona muy activa y extrovertida y tuve que salir de mi zona de confort para poder hacer de Inés, quien fue evolucionando en cada temporada y obligándome a controlar mis emociones para estar a la altura de una actriz como Natasha Díaz, mi abuela en esta historia.
Gracias a su excelente papel, esta joven actriz también fue captada para el programa Una Calle Mil Caminos, donde se mantiene activo un elenco tan gustado como el de Calendario.
A sus 24 años, Anabel siente que puede comerse el mundo, como se dice en el argot popular, y está aprovechando cada oportunidad como si fuera la última.
“Amo lo que hago y no quisiera parar de trabajar nunca, porque siempre es bueno aprender y como principiante quisiera absorber todos los conocimientos posibles, para poder interpretar cualquier personaje o propuesta, proveniente del buen arte.
“En estos momentos estoy inmersa en proyectos internacionales en Rusia y España, algo muy importante para mí, pero siempre teniendo presente a Cuba, que es donde nací y tuve mis primeras opciones. No pienso tomarme la Coca Cola del olvido, al contrario, pretendo viajar pero sin abandonar mi país; todo lo que pueda hacer aquí lo voy a hacer”.
Anabel pertenece oficialmente a Jazz Vilá Projects compañía de teatro profesional, donde ha tenido la posibilidad de asumir el personaje de Sara, en la más reciente temporada de la obra Farándula, que se presentó en el capitalino cine 23 y 12.
“Soy la primera actriz negra que interpreta Sara en esta obra y agradezco la oportunidad de que me hayan dejado adecuarla a mi persona. Mi Sara lleva turbante, está relacionada con la religión Yoruba y estos ataques o prontos de manera carismática, que identifican a mi Sara, la Sara afrocubana que me regaló Jazz Vilá.
Como amante y defensora de la raza negra, la belleza natural y la cultura afro, Anabel se ha convertido en un referente para muchas personas y utiliza sus redes sociales para promover estos mensajes y opiniones de forma educada, pero siempre firme a sus criterios.
“La idea de estar activa en las redes nace de Calendario, desde el primer capítulo comencé a ganar seguidores y recibir llamadas para hacer promoción y otras labores, que me hicieron llevar las redes sociales como otra forma de trabajo, algo así como una oficina online o una carta de presentación.
“De esta forma aproveché y comencé a dar tips de cómo sentirse orgulloso de ser negro, cómo tratar el pelo afro y mantener lo natural, así como usar turbantes y de paso, poner en su lugar a muchas personas, que aún tienen un concepto erróneo sobre el color de piel.
Anabel Arencibia suele ser sociable, apasionada y entregada, por eso disfruta compartir con las personas.
“Me encanta conversar y relacionarme con el pueblo, porque ellos nos hacen crecer y nos ubican en el lugar que estamos hoy”.
Alegre, natural, versátil, amistosa y familiar, pudieran también describir a esta chica que no tiene preferencia por nada; sin embargo, ella se define con una palabra: energía.
“Soy una persona muy entregada tanto con mi familia como con mis amigos y detesto que no sean recíprocos conmigo, porque lo doy todo. Me gusta la música, la alegría y cuando no me vean así hay que preocuparse, porque yo parto de la energía positiva, del ser muy optimista y que trata siempre de estar arriba aunque todo este mal”.
La negra Arencibia aprovechó esta entrevista no solo para que el público la conozca un poco más, sino a su vez para agradecerle a todo aquel que ha confiado en ella y la ha apoyado durante su trayectoria artística, principalmente aquellos que, como su entorno familiar, no se pierden un estreno y siguen cada una de sus huellas.
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