Elecciones en Venezuela: Perdió el Norte
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Luego de afrontar un descomunal cerco internacional capitaneado por el gobierno de Estados Unidos, al que solo faltó ejecutar una agresión militar directa, Nicolás Maduro ganó las elecciones.
Después que valoraron la muerte de Hugo Chávez como un hecho a su favor, Washington ha conspirado febrilmente para golpear a su principal adversario regional.
Una de las más escandalosas de sus manifestaciones tuvo lugar en los últimos días de febrero, cuando la subsecretaria de Estado Roberta Jacobson reconoció que “seguían apoyando a grupos de la oposición venezolana”.
Dos semanas después, la misma Jacobson durante una entrevista con el periódico español El País, cuestionó duramente la actuación del Consejo Nacional Electoral de esa nación suramericana.
Llegó a reclamar que se invitase a la OEA y la Unión Europea para que asistieran como observadores de los comicios del 14 de abril y expresó dudas de que estos fuesen limpios y transparentes.
Dada así la voz de arrancada, movilizaron a figuras tan deplorables como los ex subsecretarios de Estado Roger Noriega y Otto Reich, para que condujeran acciones desestabilizadoras en la nación suramericana.
El complot incluyó al terrorista de origen cubano Luis Posada Carriles y a mercenarios salvadoreños ligados a él desde que en 1997 pagó la colocación de bombas en hoteles de La Habana.
En ese zoológico antichavista no podía faltar un personaje como Roberto D¨aubuisson, hijo y continuador del ya desaparecido fundador del partido nazi salvadoreño ARENA, el cual en marzo de 1980 asesinó a monseñor Oscar Arnulfo Romero porque denunciaba sus tropelías.
Una grabación con la voz de D¨aubuisson, divulgada recientemente por la televisión venezolana, demuestra cómo impartió órdenes a uno de sus hombres respecto a la forma en que debían actuar en Caracas.
Este domingo, en medio de los comicios, autoridades informaron allí sobre la detención de 43 personas debido a sus actividades ilegales contra el voto, uso falso de documentos y agresión física a funcionarios electorales.
Parte fundamental del complot han sido los ataques hacia el servicio eléctrico, sufridos, incluso, en actos de Maduro, quien ya advirtió que la empresa del ramo será revisada profundamente.
Junto a esos casos, y brillando con luces propias, una cruzada mediática fabulosamente apoyada desde el Norte que ha escrito una de las páginas más vergonzosas que recuerde la historia del periodismo.
La guerra antichavista desplegada por órganos como la emisora televisiva CNN, los periódicos venezolanos El Nacional y El Universal, los diarios españoles El País y ABC, por solo mencionar algunos ejemplos.
Sin embargo, a pesar de los monumentales recursos de todo tipo que Washington desplegó generosamente para reconquistar a Venezuela, no logró hacerlo.
La dirección revolucionaria, como dijo el nuevo presidente constitucional, Nicolás Maduro, se apresta a revisar con sentido crítico todo su trabajo en aras de consolidar una mayoría.
Nadie duda, luego de ver y escuchar la reacción de Maduro y del resto de la dirección chavista, que proseguirán la obra que inició Hugo Chávez con el apoyo de la inmensa mayoría del pueblo.
El nuevo presidente había declarado, y lo reiteró en el umbral de los comicios de este domingo, que si perdía por un voto, entregaba el cargo, pero, a la inversa, ganó con una ventaja de 300 000.
Muchos más que lo sucedido en las elecciones del 2 000 en Estados Unidos, cuando George Bush (hijo) obtuvo 50 millones 456 mil 2 votos (el 47,9 por ciento) y Albert Gore 50 999 979 (48,4 por ciento).
Luego de tal hecho, Bush permaneció 8 años al frente de la Casa, y la OEA y sus aliados de la Unión Europea guardaron un respetuoso y solemne silencio.
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