Recuerdos digitales: visitar el bosque y no recordar los árboles

Ya parece algo inherente a una buena parte de los humanos de este siglo el andar tomando fotos con el teléfono celular de todo lo que aparenta ser interesante o se pretende recordar.

Es así que en el momento del nacimiento del hijo, el padre -si se lo permiten- anda como loco fotografiando y se pierde así, en vivo y en directo, disfrutar del irrepetible primer gesto de su hijo; o en la graduación de la muchacha, cuando su familia está tan entusiasmada retratando la entrega de los diplomas que olvida observar desde el corazón esos instantes de orgullo y emoción.

Foto: 123RF

Sobre tal asunto, el neurocientífico Charan Ranganath, profesor de Psicología y Neurociencia en la Universidad de California Davis, y quien ha dedicado casi tres décadas a investigar sobre la memoria, se ha pronunciado recientemente:

“La documentación digital puede mejorar la memoria si se utiliza de manera consistente con principios que ayudan a recordar, pero a menudo la usamos de manera automática, lo que impide nuestra capacidad natural de recordar. Frecuentemente nos centramos en documentar a expensas de experimentar”. 

También en la entrevista concedida a elpais.com señala que al grabar o hacer fotos con los móviles, la atención se dirige a lo que ocurre, pero, a la vez, aleja a la persona de lo que es distintivo de ese momento: sonidos, olores, sensaciones… y que son precisamente los detalles que hacen a esa experiencia memorable y única.

Foto: tomada de hipertextual.com

“Así que, incluso si miras esas fotos y videos que has tomado (y la mayoría de nosotros no lo hacemos), no evocarán el mismo calor o alegría que habrían tenido si hubieras guardado tu teléfono y te hubieras sumergido en el momento”, precisa el experto.

Al comparar las capacidades de almacenamiento de la memoria digital con la memoria humana, el profesor Ranganath, autor del volumen recién publicado Por qué recordamos,  asegura que “los dispositivos digitales registran cada bit de información que reciben, pero el cerebro humano registra memorias que priorizan las partes más novedosas, sorprendentes o emocionalmente significativas de nuestras experiencias”.