Bueno hasta el final

Descemer Bueno es de los pocos cantautores cubanos actuales que armoniza a la perfección altísimos niveles de popularidad con una música y letras cargadas de poesía, sencillez y sensibilidad.

Asistir a un concierto suyo resulta una cita con las experiencias más sublimes de la creación sonora en la isla y, a la vez, una radiografía del alma de este joven músico que para bien, se ha asentado en esta, su tierra natal.

Quizás las razones sean las que el propio artista develó en Santa Clara al concluir sus actuaciones en el coliseo principal de esta ciudad, en el teatro de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas y en la urbe cienfueguera.

“Estoy completamente convencido de que aquí tengo mi mercado natural, la gente que me sigue de verdad y aunque he sido capaz de lograr mucho con canciones que he compuesto internacionalmente con otros artistas, lo que yo he sido capaz de vivir aquí en Cuba, los resultados que hemos podido recoger de este disco Bueno, de verdad que han estado por encima de mis expectativas”.

El teatro Tomás Terry de la Perla del Sur, el de la universidad y La Caridad en la capital villaclareña, donde concluyeron las presentaciones del artista en el centro del país, fueron pequeños para albergar tantas y tantas sensaciones, provocadas por las canciones que aparecen en su compacto más reciente y por esas que con anterioridad conocíamos en las voces de Enrique Iglesias, Juan Luis Guerra o Thalía.

En el centro sur, Bueno unió su voz con Baby Lores en el tema Quisiera volver, una balada sumamente tierna y coloreada por sonidos que lo muestran como excelente heredero de nuestra tradición sonera.  

Fue un momento que le impregnó brillo al espectáculo.

Como un hombre del despertar, del amanecer, del anochecer, de los sueños y de una vida en general llena de muchas cosas lindas se definió el autor de Cuando me enamoro, un hombre que en el escenario se crece para demostrar su excelencia ejecutoria en el bajo y darle espacio también a los jóvenes pero competentes instrumentistas que trae consigo: el pianista Ruy Adrián López-Nussa, el percusionista Otto Santana y el guitarrista Nam San Fong. Además se sumó el santaclareño Norberto Rodríguez, quien con su guitarra “electrizó” en varias ocasiones a los asistentes.

Influenciado por los grandes cantores cubanos y latinoamericanos de ahora y de siempre, Descemer opina que la música ha ido quitando un poco las fronteras políticas que han existido en el mundo. “Con su fuerza, subestimada por mí en un momento, ha logrado muchos cambios”.

Muy natural, espontáneo y locuaz es este hombre que ha conocido medio mundo, una experiencia que le ha permitido apreciar aún más la calidad creativa de esta nación y de Santa Clara, “que sigue siendo un corazón que bombea la sangre de los grandes músicos de Cuba, es una ciudad que escucha, que vive sentimientos, que vive emociones…”