Bob y las difíciles preguntas de Lourdes
especiales
El mayúsculo escándalo que desde hace meses rodea al senador estadounidense Robert (Bob) Menéndez y al generoso contribuyente de sus campañas electorales, Salomón Melgen, continúa inflándose.
Refleja varios temas espinosos, como son tráfico de influencias, uso del avión particular del segundo en viajes hacia República Dominicana del primero y orgías allí con prostitutas.
Pero lo más relevante de la crisis está en el multimillonario arreglo que Melgen logró en ese país con el pretexto de luchar contra las drogas en sus puertos, todavía no ratificado debido a sus aspectos nebulosos.
Este acaudalado médico de origen dominicano hace meses viene siendo rastreado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) a causa de su golpe bajo a un organismo de salud para ancianos, Medicare.
Además integra una compañía de su nación de origen, la ICSSI, S.A, que tiene un acuerdo exclusivo enfilado a instalar máquinas de rayos X en los puertos, supuestamente para detectar drogas y contrabandos.
Tal proyecto fue detenido por los tribunales dominicanos con el argumento de que su costo resulta demasiado alto y su lenguaje nada competitivo.
La periodista Ezra Fieser dijo este jueves en Miami que Bob Menéndez ha cortejado a funcionarios de Obama en aras de que, a su vez, “presionen al gobierno dominicano para que cumpla con el contrato” que haría llegar millones de dólares a Melgen.
El presidente del Centro Político Legal de Estados Unidos, Ken Boehm, declaró el 4 de agosto a The New York Times que el oftalmólogo emplea su influencia en República Dominicana y Estados Unidos para presionar por un contrato que le otorgaría grandes dividendos.
Según el Times, hace siete meses en una audiencia del Senado, convocada por Bob, este reclamó ayuda para sus empresas firmantes de contratos en República Dominicana, algo que el diario, sin mencionarla, relacionó con la firma ICSSI, S.A, de Melgen.
No solo el Times ha seguido durante meses los pasos de este reiterado caso, también lo han hecho The Miami Herald, NBC News, CNN, el Daily Caller y todas las cadenas de televisión.
La corresponsal de Univisión en Washington, Lourdes Meluzá, el día 8 del presente mes entrevistó al senador y una de sus preguntas giró en torno al asunto de su protección al doctor Melgen.
¿Por qué, indagó Meluzá, su oficina o usted llamaron en más de una ocasión al Centro de Servicios de Medicare y Medicaid para interceder a favor de su amigo el doctor Salomón Melgen?
Una suerte de puntillazo vino con la siguiente pregunta: ¿Sabía usted que el gobierno lo investigaba por sospechas de que cobró un extra de 9 millones de dólares a las cuentas de sus pacientes?
Otra observación de Lourdes, al igual que Paris, bien valió una misa:
“Ahora, usted entiende que existe una percepción de que un senador está de alguna forma levantando el teléfono y llamando a una agencia que investiga a un donante que ha contribuido cientos de miles de dólares a la campaña demócrata, incluyendo a su propia campaña”.
Una imagen vale más que mil palabras, pero el escándalo Melgen-Menéndez equivale ya, como mínimo, a 100 lecciones sobre la verdadera entraña de la democracia bajo el capitalismo.
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