Arbolitos sin otoño

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Arbolitos sin otoño
Fecha de publicación: 
24 Diciembre 2023
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Foto: Unsplash
 

Un arbolito de Navidad puede ser algo colorido, alegre,  luminoso, hasta divertido; pero nunca se escucharán reales trinos entre sus ramas y tampoco tendrá veranos, primaveras u otoños; si acaso, solo inviernos de mentirita.

Sin embargo, su colocación en hogares y entidades varias es una tradición bien añeja y enraizada, cuyos orígenes se enlazan a diversas culturas a lo largo de la historia. 
 


Imagen tomada de biteproject.com

Los árboles de hoja perenne han sido utilizados desde la antigüedad como forma de celebrar el solsticio de invierno, el momento en que los días empiezan a alargarse y la luz vence a la oscuridad. 

En consecuencia, los antiguos egipcios, romanos, celtas y escandinavos adornaban sus casas con ramas verdes para simbolizar la vida, la fertilidad y la esperanza que no se mustia.

En el siglo VIII, según la leyenda, el misionero inglés San Bonifacio taló un roble sagrado para los paganos alemanes que adoraban al dios Thor y lo reemplazó por un pino, que representaba el amor eterno de Dios. 

En el siglo XVI, los alemanes empezaron a colgar velas en el árbol para iluminarlo, una idea que se atribuye a Martín Lutero, quien se inspiró en las estrellas que vio entre las ramas. También se añadieron otros adornos como estrellas, ángeles, figuras religiosas y cintas. 

 


Foto: tomada de kenfigtimes.wordpress.com

Algunos historiadores indican que el primer árbol navideño documentado fue el que se instaló en 1539 en la catedral de Estrasburgo.

En Alemania, durante el siglo XVI, se comenzó a representar el "árbol del paraíso" como parte de las festividades navideñas, específicamente en el 24 de diciembre, en conmemoración a Adán y Eva. Dicha costumbre se extendió a otras regiones europeas y se popularizó luego en otros lugares del mundo.

La tradición del árbol de Navidad se extendió por Europa gracias a los matrimonios entre las casas reales. La reina Carlota de Inglaterra, de origen alemán, introdujo el árbol en su país en el siglo XVIII. Su nieta Victoria lo popularizó junto con su esposo Alberto, también alemán. 

 


Obra del pintor danés de Viggo Johansen (1851 -1935). Foto: Pinterest

Ellos fueron los primeros en poner regalos bajo el árbol para sus hijos. Una ilustración de 1848 que mostraba a la familia real junto al árbol causó sensación y provocó que muchos británicos imitaran la costumbre.

El árbol de Navidad llegó a América con los colonos alemanes y holandeses en el siglo XIX. Sin embargo, no fue hasta 1891 cuando se instaló el primer árbol oficial en la Casa Blanca por iniciativa del presidente Benjamin Harrison. 

Así, sumando ramas y guirnaldas, esas diversas influencias históricas han tributado a la evolución y difusión del árbol de Navidad como uno de los símbolos más populares y universales de las fiestas decembrinas en muchas partes del mundo.

 


Árbol de Navidad en un hotel cubano en 2021. Foto: Shutterstock

 

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