Protección ciudadana: Atención, croquetas cegadoras
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Imagen referencial. Foto: Internet
Hasta pudiera parecer un chiste eso de croquetas cegadoras, pero nada más lejos de esa intención, sobre todo porque mi amiga sigue con sus córneas dañadas y múltiples quemaduras en rostro y brazo.
Fue hace solo unos días, en una entidad privada frente al paradero del Cotorro, donde tuvo la mala idea, impulsada por la necesidad, obviamente, de comprar aquellas croquetas.
Y cuando comenzaba a freírlas explotaron de una manera tan alarmante, que no solo le causaron tan serias quemaduras que la familia se vio precisada a llevarla corriendo a urgencias, sino se adhirieron a las paredes de la cocina de tal forma, que, al tratar de retirarlas, con ellas se fueron dos capas de pintura.
Al verla, más de uno le ha preguntado si le explotó la cafetera. Pero no, fueron unas malditas croquetas que la han condenado a alejarse del trabajo, sufrir horribles dolores, someterse a tremendas curas y, lo más inquietante, a vivir la incertidumbre de qué pasará con la visión del ojo que le mantienen tapado.
Además de lamentable, es indignante. Y cuenta la accidentada que su doctora de la familia le refirió que con ella, ya era el tercer caso que había tenido que atender por igual causa.
El hijo de mi amiga, un adolescente, había salido de la cocina solo un instante antes del accidente. De no haber sido así, ¿qué hubiera pasado?
Lo más grave es cuántos más pudieran accidentarse, y, de no explotar en la sartén, qué efecto pueden causar esas malignas croquetas en el organismo.
Mi amiga ni siquiera tenía claro a dónde acudir a quejarse, a denunciar, a impedir que continuaran con esa venta. En realidad, no creo que sean muchos los pobladores conocedores de qué camino seguir en ese caso.
Pero dónde están los inspectores, dónde esa protección ciudadana que merecemos y es nuestro derecho.
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armando amieva
Amarilys
Alexis González Mendinueta
Mirella
Ana Suárez
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