Maestros para toda la vida
especiales
El Memorial José Martí acogerá este miércoles la ceremonia de entrega de la condición de Maestro de Juventudes que otorga la Asociación Hermanos Saíz.
Justo cuando se cumple el aniversario 37 de la organización y a unos días de su IV Congreso, la Asociación Hermanos Saíz reconoce a seis creadores con su más alto reconocimiento: el Premio Maestro de Juventudes.
Los galardonados se han consagrado como formadores de nuevas generaciones de artistas, y por el vuelo de su ejercicio creativo han devenido referencias indiscutibles de la cultura cubana.
Aurora Bosch, primera bailarina, joya del ballet cubano. Brilló en los más encumbrados escenarios de la danza universal. El público y la crítica París, que es uno de los epicentro mundiales del ballet, se rindió ante la excelencia de su interpretación de Mirtha, la reina de las willis del ballet Giselle. Su poderosa técnica siempre estuvo marcada por la expresividad de su estilo. Y hoy por hoy es una de las más respetadas maestras de la escuela cubana de ballet.
María Felicia Pérez ha multiplicado el canto en las voces armoniosas de sus discípulos. Directora coral, conoce los misterios y la fuerza del arte colectivo. Frente al emblemático coro Exaudi, ha defendido un repertorio rico, que incluye clásicos de la música cubana y universal. Ella es una cátedra, por su sabiduría y sensibilidad. Promociones completas de cantantes la identifican como la maestra fundamental.
De Rubén Darío Salazar y Zenén Calero se podría hablar en plural porque sus obras individuales han confluido en una obra mayor: la maravilla de un teatro que ha abierto universos a muchísimos niños y no tan niños. Actor y director el primero; diseñador, artista visual el segundo, son brazos, cabeza y corazón de una compañía imprescindible, Teatro de las Estaciones. Amantes de la poesía, cultores de la belleza, han otorgado vida a muñecos hermosos, a la manera de los magos de los cuentos. Y comparten lo que saben con generosidad. Ellos, con su arte, han aprehendido el espíritu de estas islas.
Waldo Leyva es un poeta de esencias. Domina el arte de la palabra, que no es sencillamente articular frases eufónicas. Sus metáforas son diáfanas, evocan pasajes vitales, personalísimos, que desembocan en el gran río de la sensibilidad nacional. Imágenes poderosas, y al mismo tiempo sencillas, que han estilizado el impulso primigenio de un pueblo. Con sus versos laten muchos.
Pedro de la Hoz, escritor y periodista, es uno de los grandes animadores del panorama cultural cubano, una voz más que autorizada, un hombre de pensamiento, un crítico certero y ético. Ha honrado la gran tradición del periodismo cultural cubano con una trayectoria pródiga en los medios de comunicación y en los espacios de socialización de la cultura. Pedro de la Hoz es un intelectual raigal y comprometido con los valores inmarcesibles de la nación cubana.
Seis nuevos Maestros de Juventudes, seis ejemplos de dedicación y talento para los jóvenes artistas cubanos.
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