IIeana: Cartas desde la Ciénaga

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IIeana: Cartas desde la Ciénaga
Fecha de publicación: 
1 Octubre 2012
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Hace poco la jefa del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Ileana Ros-Lehtinen, escribió una carta que la sintetizó de pies a cabeza.

No es la primera vez, ella emite comunicados al por mayor y declaraciones a granel, tanto por su responsabilidad como debido a las jugarretas políticas que le acompañan cada día.

Ahora la emprendió contra un cantautor cubano, Vicente Feliú, quien visitó ciudades de Estados Unidos en cumplimiento de una invitación.

La gira del trovador abarcó también las localidades de Nueva York y San Francisco, e incluyó un diálogo en el programa La Noche se Mueve, de Radio Miami.

Todo normal y sobre rieles hasta que Ileana Ros-Lehtinen circuló una declaración donde condenó en los más duros términos la presencia del artista cubano en aquel país.

El 14 de septiembre llegó a enviar una carta a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en una de cuyas partes valoró el hecho como peligroso “para la seguridad nacional de Estados Unidos”.

Además calificó de ingenuo y deplorable el otorgamiento de visas a personas como el cantautor Feliú y exhortó a esa dependencia a prohibir los intercambios educacionales y culturales con Cuba.

La actitud de Ileana hizo recordar que el 17 de octubre de 2011 envió otra misiva a Clinton donde le reclamó explicaciones por haber facilitado visas al grupo teatral infantil cubano La Colmenita.

Su texto comenzó diciendo que estaba “seriamente preocupada” debido a que esa dependencia financiaba programas que socavan las prioridades norteamericanas de política exterior y los intereses de seguridad nacional.

Otro de sus párrafos calificó a La Colmenita como “una organización que está promoviendo a espías como héroes”, al dedicar parte de sus actuaciones a los cinco cubanos presos desde 1998 en Estados Unidos por combatir el terrorismo.

Al referido grupo infantil pertenecían entonces 22 niños y niñas cuyas edades oscilaban entre 6 y 15 años, quienes debían presentarse en Washington, Nueva York y San Francisco.

Con larga experiencia en escenarios de Cuba y otros países fueron invitados por la Fundación Brownstone y el Comité Internacional por la Libertad de los Cinco a presentarse ante el público estadounidense.

También lo hicieron, incluso, en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU), con la presencia de diplomáticos, funcionarios y empleados.

Las cartas de Ileana Ros-Lehtinen la exhiben no solo como una frenética ultraderechista, sino también como una criatura desequilibrada e incierta.

En agosto de 1995 envió una al  Departamento de Estado exigiendo que no se le concediera visa a Fidel Castro si un mes después intentara asistir en Nueva York, como hizo, a los actos por el 50 aniversario de la ONU.

Desde aquel ejemplo y hasta el reciente ataque de Ileana contra el cantautor Vicente Feliú, no dejó de tener lugar una sucesión de episodios más o menos por el estilo.

Este último, al igual que niños cubanos de seis hasta quince años agrupados en La Colmenita, fue señalado por Ileana como un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos.

La señora Ros-Lehtinen fue presidenta de honor del Fondo Legal “Luis Posada Carriles”, es jefa del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes y proclama cada día que en Cuba no existe libertad.

 

 

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