III Clásico Mundial de béisbol: Preparación al máximo rigor
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«He estado en casi medio centenar de preparaciones para eventos internacionales y nunca había sentido tanto rigor», dijo a JIT el villaclareño Ariel Pestano, receptor por más de un decenio de equipos Cuba de béisbol.
Su manera de definir cómo andan los entrenamientos en el estadio Latinoamericano se ajusta a lo apreciado por quien visita la legendaria instalación donde 56 hombres sueñan con el III Clásico Mundial bajo la égida del mentor Víctor Mesa y el jefe técnico Jorge Fuentes.
«Puedes preguntarle a cualquiera. Está fuerte y todos intentamos hacer las cosas bien porque nadie tiene asegurado el puesto», abundó el enmascarado bajo el tórrido sol veraniego.
El más veterano de los convocados (38 años) también es uno de los cinco subcampeones de la primera edición del certamen orbital que buscan asistir desde el día 20 del próximo octubre a la gira de un mes por Europa y Asia.
Los otros son los espirituanos Yulieski Gourriel (tercera base) y Frederich Cepeda (jardinero), el habanero Rudy Reyes y el pinero Michel Enríquez (ambos también antesalistas).
Ese último, regresado después de una operación en una de sus rodillas, ratificó que prima gran espíritu de consagración.
«En esta preselección no se habla de puntualidad ni disciplina porque eso está impregnado en todos nosotros. Aquí tratamos del volumen de trabajo, de los juegos... Los de más experiencia trasladamos conocimientos y aunque nos estamos eliminando, es como una familia», expresó el otrora capitán.
¿En qué centran el trabajo por estos días?, fue pregunta obligada.
«Buscamos incrementar bateo y velocidad en el corrido de las bases, y ensayamos acciones, entre otras cosas, a la vez que jugamos», abundó.
De las jóvenes revelaciones del pitcheo cubano, el holguinero Pablo Millán Fernández (21 años) vive el orgullo de compartir «sudores y cansancios» con estrellas ya mencionadas y otras asistentes al II Clásico como el inicialista capitalino Alexander Malleta, el serpentinero avileño Vladimir García y el receptor pinareño Yosvani Peraza.
«Los lanzadores centramos el día a día en el control de los envíos, a la vez que aumentamos la carga de trabajo», expresó.
Pitazos, voces de mando, sonidos impactados por bates y el movimiento constante hacen del Coloso del Cerro escenario de dinamismo hasta el cierre de cada sesión.
El mentor Víctor Mesa defiende el criterio de que no es un «manjar» el grupo en que se encuentra Cuba junto a Japón, China y un cuarto elenco por definir.
«Algunos nos dicen que estamos en un grupo fácil, pero no es así. Los asiáticos han crecido mucho y vamos contra el dos veces campeón», sostuvo en referencia a los nipones.
«No digo que no podemos clasificar para la otra ronda, digo que es difícil porque hasta China juega pelota y habría que ver cuál es el equipo que complete, pues puede ser Canadá, ya clasificado, o Panamá, si gana en noviembre», apostilló.
El grupo A, destinado al Fukuoka Dome y comandado por el local Japón, iniciará el 2 de marzo, cuando también lo hará el B, que integran Holanda, Australia y Corea del Sur y debe sellarse con Taipei de China, aún necesitado de plaza para mostrarse como anfitrión en el Intercontinental de Taichung.
Los equipos incluidos en los colectivos C y D pugnarán desde el jueves 7 de marzo en los estadios Hiram Bithorn, de San Juan, Puerto Rico, y Chase Field, de Phoenix, Arizona, en Estados Unidos.
Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela lo harán en suelo borinquen; e Italia, México y Estados Unidos en territorio norteño.
A cada grupo le falta una nómina para totalizar la cuarteta, aunque las series clasificatorias ya otorgaron boletos a España y Canadá.
Panamá y Taipei de China acogerán en noviembre otras dos porfías de ese tipo y entonces se definirán las ubicaciones pendientes.
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