De zurdos y zurderas

De zurdos y zurderas
Fecha de publicación: 
12 Agosto 2023
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Fotografía tomada de https://www.bbvaopenmind.com

¿Quién tuvo un compañero de estudios con el que chocaba codos porque escribía con la mano izquierda, y que, además, terminaba el día con la mitad de las palmas y los nudillos pintados de grafito, y soportaba varios chistes grupales como que no sabía hacer tal cosa o que hacía mal la otra, solo porque era de ese pequeño por ciento de la población que no es diestra? Seguramente la respuesta es afirmativa para todos.

En la actualidad se presume que en el mundo aproximadamente una de cada diez personas es zurda. No parece poco, sin embargo, llama la atención, a muchos les parece raro cuando coinciden con una, asumen extraño o incómodo que giren la libreta escolar, la manera de escribir en la pizarra, o el modo de peinarse.

Son casi un mito.

Siempre me interesó este tema, aunque no me resultaba confuso sino familiar. Mi hermana es ambidiestra, y mi tía Silvia es zurda convertida diestra, pues de niña la obligaron a reprimir el impulso de hacerlo todo con la otra mano. La recuerdo contándome la frustración que sentía allá por los años cincuenta cuando las maestras, tan crueles, le daban reglazos y la castigaban con el objetivo de reformarla para que escribiera, al menos, de la manera correcta.

Me parecía extremo, pero creía a mi tía Silvia. Luego, leyendo aquí y allá supe que hasta existe un Día Internacional de la Zurdera, el 13 de agosto. Se celebra desde el año 1976 para darles voz a los zurdos para que exijan su derecho de hacer de este mundo un poco más viable para todos.

Sí, nunca creí que sería tan complicado porque mi experiencia con hermana ambidiestra me decía que no había mayor dificultad, pero la realidad es que, observando bien, este mundo está hecho para las personas derechas. Con razón muchos zurdos sienten que no tienen cabida en él, que se tienen que esforzar para adaptarse, y desean que se creen condiciones para que participemos todos en sociedades inclusivas.

Aunque no vemos a los zurdos detenerse y cumplen cualquier tarea, es usual que día a día tengan que reacomodar sus tendencias de obrar diferente. Con el tiempo se logran ajustar, pero es en la niñez cuando más lo sufren, como mi tía Silvia, quien nunca entendió qué estaba mal en su comportamiento, y se exigió agarrar el lápiz con la mano derecha cuando lo contrario es lo que le salía de modo natural.

La historia demuestra que los zurdos sufrieron discriminación porque se les creía inferiores y defectuosos; y por esos motivos infundados, fueron satanizados. Hasta el día de hoy nos llegan los vestigios, ejemplo de ello es el lenguaje que lo asocia con lo mal. Pero para contextualizar, analicemos estas frases cotidianas: “levantarse con el pie izquierdo”, “bailar con dos pies izquierdos”, “eres zurdo para eso”. Es más, en la página en línea Word Reference busqué sinónimos de zurdo e izquierdo y en ambos casos apareció la palabra siniestro.

No puede estar más claro. Se trata de un comportamiento habitual de antaño eso de rechazar lo diferente, cuando se trata solo de la predisposición a que la mano izquierda sea la dominante. Y por supuesto, el mundo se diseña según la mayoría. ¡Error!

Pensemos en esas barreras que comúnmente no vemos los diestros. Pocas veces en mi vida estudiantil, por no ser absoluta, vi pupitre que no fuera para derechos, así que me imagino a un zurdo intentando escribir casi en el aire, sin poder apoyar el antebrazo. Aprovecho ahora, le pregunto a mi hermana y me confirma que en sus quince años de estudiante nunca encontró otro modo de usar el pupitre sin que le quedara colgando el brazo.

Son cuantiosos los objetos pensados solo para derechos que dominan cualquier escenario, aunque en algunos casos, más que en otros, se han introducido variantes que no llegan a tener suficiente oferta. Desde guitarra, cámara fotográfica, cuaderno de espiral, mouse de computadora, abridor de latas, y la palanca de cambio de velocidad de autos, muchos son los elementos que priorizan la destreza con la mano derecha, y esto resulta inconveniente para el otro sector de la población. Sin embargo, se atreven, aprenden, se acomodan.

Por fortuna ser zurdo ya no está estigmatizado ni se considera una desviación. No obstante, ellos continúan sorteando torpezas en un mundo predominantemente diestro. También conviven con rumores no demostrados por la ciencia sobre su inteligencia y otros aspectos de la vida.

Dicen, por ejemplo, que son temperamentales, viven menos, duermen mal, son más introvertidos, que tienen tendencia al liderazgo, peor manejo de las emociones, y gran capacidad creativa. Unos aseguran que tienen problemas de aprendizaje mientras otros afirman lo contrario; de igual forma se les relaciona con enfermedades como el Parkinson y la esquizofrenia.

Y así, muchas son las características que le atribuyen solo por manejarse, sobre todo, con la mano izquierda; pero la verdad es que, hasta ahora, no existen pruebas concluyentes sobre sus virtudes superiores, o debilidades. Todo forma parte de la leyenda que les circunda.

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