San Salvador 2023 se regaló una apertura mágica

Emoción y agradecimiento marcaron la colorida ceremonia con que la noche del viernes quedaron oficialmente inaugurados los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe, en San Salvador.

Contra todos los pronósticos, el Estadio Nacional Jorge “El Mágico” González estuvo listo y colmado al filo de las 7:30 p. m., cuando hizo su entrada entre aplausos el presidente salvadoreño Nayib Bukele.

Desde el principio el ambiente fue electrizante y los asistentes disfrutaron entre aplausos de la metáfora sobre el mundo digital y la inteligencia artificial con que se caracterizó la riqueza natural, histórica, cultural y social del país sede.

La esencia del salvadoreño y la constante promesa de un futuro mejor guiaron también un discurso multimedial que encantó a los miles de asistentes al emblemático recinto capitalino, conectados no solo por una manilla multicolor en la muñeca, sino por los sentimientos de alegría y satisfacción por disfrutar de un momento y noche mágicas.

Primero desfilaron los abanderados de los 35 países participantes, en una licencia tomada por los organizadores respecto al protocolo tradicional. Luego abarcaron toda la pista los atletas, quienes bailaron y disfrutaron en franca interacción con el público y la presidencia, donde también estaban Luis Mejía, titular de Centro Caribe Sports; Neve Ilic, presidente de Panam Sports; Yamil Bukele, líder del comité organizador de San Salvador 2023, y otras muchas autoridades.

Cuando el largo desfile acabó, llegó el tiempo de los discursos. El primero, a cargo del mandatario nacional, quebró todos los protocolos imaginables. Sin embargo, salvó la situación la notable aceptación del público presente en “El Mágico”.

Bukele pasó revista a los esfuerzos del país por hacer realidad los Juegos, pero aprovechó para reiterar los logros de su gestión, entre esos la seguridad reinante en el país y las nuevas oportunidades que se abren en varios sectores sociales, con mucha fuerza en el deporte.

También fustigó a los enemigos y detractores de su gobierno y de El Salvador, e insistió en que acá no hay una dictadura y para comprobarlo basta con caminar el país y descubrir la libertad y las oportunidades reinantes.

«Te amamos», se escuchó desde el público en un momento de su alocución, a lo que Nayib respondió con que «ya sabemos que todos no nos aman».

Poco después tocó el turno a Mejía, quien agradeció a todos muchas veces. Aseguró que El Salvador salvó los Juegos y ponderó las virtudes del pueblo local, que hizo posible la heroicidad de montar esta cita en menos de un año y medio.

Yamil hizo un discurso anecdótico, en que recordó el camino recorrido y la manera en que enfrentaron las muchas adversidades enfrentadas. Aseguró que la meta es ofrecer a los deportistas de hoy todo aquello que su generación no pudo disfrutar.

La ceremonia vio emerger las banderas del COI y Centro Caribe Sports, se escucharon los juramentos establecidos y entonces se hizo el fuego de los Juegos sobre la pista, en un relevo que llegó hasta el mismísimo Jorge “El Mágico” González, quien lo condujo a los pies de la pira. Allí un joven deportista salvadoreño se encargó de prenderla.

Fuegos artificiales y una gran fiesta a cargo del DJ Marshmello dieron por terminada la velada. Inolvidable, sin duda.