Un adiós a la única mujer que abandonó a Picasso

Murió hace solo unos días, a los 101 años, el pasado 6 de junio, y, paradójicamente, su fallecimiento casi pasó casi inadvertido para los medios.

Sin embargo, la francesa Françoise Gilot se había ganado su espacio en la historia del arte y también en la lista de mujeres que defienden su autonomía e individualidad.

El que haya rebasado los cien años, es solo una singularidad más, pero otras razones distinguen a esta pintora y escritora nacida en un suburbio de París, en noviembre de 1921, quien estudiara filosofía y derecho antes de dedicarse por completo al arte, al que aportó una prolífica y aplaudida obra durante más de 80 años.

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Una visión sesgada por prejuiciados enfoques de género la identifica sobre todo como la musa y amante de Pablo Picasso, quien le llevaba 40 años y la había conocido en 1943, el mismo año en que ella expuso por primera vez, en plena ocupación nazi de París.

Una década duró su relación con Picasso - de quien tuvo dos hijos, Claude y Paloma Picasso-, cuya fuerte personalidad  y enorme fama en el  mundo artístico eclipsaron temporalmente el brillo propio de Françoise, a quien el padre del cubismo le había pronosticado en la primera cita: "Las chicas que se ven como tú nunca podrían ser pintoras".
 

Cuadro de Picasso Femme-Fleur  (Mujer-Flor) 1946, 146×89 cm, inspirado en Françoise Gilot.

Pero esta artista, que a los cinco años había proclamado que sería pintora,  tuvo la sensatez de amarse sobre todo a sí misma convirtiéndose así en la única mujer que abandonó al genio Malagueño. Sobre el cual reveló: "Pablo fue el amor más grande de mi vida, pero había que tomar medidas para protegerse. Yo lo hice. Me fui antes de que me destruyera”.

Así había declarado en el libro Artists in Conversation, de Janet Hawley. También en el volumen Vida con Picasso, escrito en 1964 junto al periodista Carlton Lake, recogió vivencias junto al pintor y sus reflexiones sobre el arte, libro cuya publicación Picasso intentó, sin éxito, prohibir, y que acarreara a la francesa más de una enemistad.

Foto: tomada de arteespaciycontenido.com

No son pocos los estudiosos de la vida y obra de Picasso quienes, desde una perspectiva de género, han arrojado luz sobre la relación de este inmenso creador con las mujeres que compartieron su vida. Incluso algunas de ellas, como Olga Khokhlova, Marie-Thérèse Walter y Dora Maar -además de la propia  Gilot- dejaron su testimonio al respecto.

Hasta la propia nieta del pintor, Marina Picasso, escribió en su libro Picasso, mi abuelo, acerca de aquellas relaciones: "Las sometía a su sexualidad animal, las domesticaba, las hechizaba, las devoraba y las aplastaba en sus lienzos. Después de pasar muchas noches extrayendo su esencia, una vez desangradas, se deshacía de ellas".

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Pero fue Françoise Gilot  quien se deshizo de él, y recompuso luego su vida, a pesar del oscuro vaticinio que Picasso le lanzara: "¿Crees que alguien va a interesarse por ti? Jamás lo harán sólo por ti. Incluso las personas que crees que te aprecian, sólo tendrán una especie de curiosidad por una persona cuya vida rozó la mía tan íntimamente".  

Sin embargo, esta talentosa mujer tuvo dos matrimonios posteriores, uno de ellos con el afamado virólogo y médico estadounidense Jonas Salk, uno de los desarrolladores de las primeras vacunas contra la poliomielitis. Gilot fungió como directora de arte de la revista Virgina Woolf Quartertly y fue presidenta del departamento de Bellas Artes de la Universidad del Sur de California.

La artista en su casa de Nueva York, en enero del pasado año. Foto: tomada de lanacion.com.ar

Actualmente, obras de esta creadora  se exhiben en afamadas instituciones como el Museo Metropolitano de Arte y el Museo de Arte Moderno, así como en el Centro de Arte Pompidou, de París.

No por gusto la Ministra de Cultura francesa, Rima Abdul Malak, a propósito de su fallecimiento, la catalogara como "una de las artistas más sorprendentes de su generación", la misma que no solo supo deslumbrar con su arte, sino también con su entereza para defender su independencia y talento frente a prejuicios y falsas expectativas.