Arabia Saudí, su inversión exponencial y la geopolítica del deporte
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Imagen de archivo de tres espectadores en un partido del Mundial de Fútbol Qatar 2022 entre Argentina y Arabia Saudita en el estadio de Lusail (Catar). Foto: EFE
Primero fue la llegada del portugués Cristiano Ronaldo y ahora la del francés Karim Benzema. Arabia Saudí ha decidido realizar una importante apuesta por llevar a jugar al país a algunos de los futbolistas más populares del planeta como parte de la estrategia para ganar notoriedad en vistas a ser una de las posibles organizadoras del Mundial del año 2030.
Benzema, jugador con más títulos en la historia del Real Madrid, será la siguiente leyenda del fútbol europeo que aterrizará en Arabia. Según informaron a EFE fuentes del club, durante la semana trasladó una propuesta irrechazable y su deseo de aceptarla.
Sigue los pasos de Cristiano Ronaldo hacia una Liga que crece a base de jugadores que han hecho historia en la última década.
Como si de una carrera de relevos se tratase, los saudíes recogieron a comienzos del presente año, casi de forma inmediata, el testigo que dejó la vecina Catar tras organizar la cita en el 2022, dando el golpe de efecto del fichaje de Cristiano por el Al-Nassr.
Y están dispuestos a tirar de su músculo económico, moldeado sobre la base del petróleo, para imponerse al resto de rivales, las candidaturas conjuntas de España, Portugal y Marruecos y de Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile.
La cada vez más relevante marca-país
“Arabia Saudí se he dado cuenta del gran potencial que el fútbol supone como industria. Y no solo por un tema económico, que no lo necesita, sino por una cuestión de exposición de marca-país a nivel internacional. Se ha demostrado que la estrategia que Catar inició hace más diez años le ha supuesto unos réditos muy relevantes en términos de exposición internacional y Arabia Saudí no quiere quedarse atrás. Es básicamente una estrategia de diplomacia deportiva”, explicó a EFE Javier Sobrino, ex director de innovación y estrategia del FC Barcelona.
“Vivimos en un mundo en el que las marcas-país cada vez son más relevantes. Los países, las ciudades y las regiones compiten entre ellos por temas turísticos, de inversión, de proyección internacional… y no hay altavoz similar al fútbol. Es un idioma universal, el deporte que más se practica, un instrumento que bien utilizado sirve para llegar a cualquier lugar del mundo”, añadió Javier Sobrino, ahora socio director en Aser Ventures, plataforma de inversión en el deporte.
“Si quieres estar y ser creíble en el mundo del fútbol no sólo debes organizar eventos sino también formar parte de la industria. Lo hizo Catar con la compra del PSG en París. La Premier resulta muy atractiva para mucha gente a nivel internacional, sobre todo en mercados como Oriente Medio y Asia. Tener una propiedad relevante allí supone formar parte de un club bastante exclusivo, si quieres ser percibido como alguien relevante en esta industria tienes que estar” subraya el consultor.
Por el momento no hay una confirmación oficial por parte del país asiático pero sobrevuela la sensación de que trata de encontrar socios, incluso en otros continentes, con el objetivo de llegar a la meta en esa edición o en la posterior del 2034. Y para ello han empezado a moverse.
Escenario de competiciones internacionales
Más allá de importar a su liga a estrellas que han brillado durante los últimos años en el balompié europeo con el objetivo de convertirles en prescriptores, ofreciéndoles para ello un escenario lejos de la presión en el que desplegar los últimos años de su trayectoria deportiva, los tentáculos se extienden a la organización de competiciones.
En este sentido Arabia Saudí no ha puesto techo a sus ambiciones y poco a poco ha ido logrando pequeños hitos. Lo fue albergar fuera de Italia la Supercopa del país transalpino y lo ha sido hacer lo propio con la española, modificando además en este último caso el formato para dar cabida a cuatro equipos. El siguiente paso, ya confirmado, será acoger el Mundial de Clubes en diciembre.
Los eventos futbolísticos son una pata más en su afán por ser escaparate de las mejores competiciones del mundo, pues ya se corre allí un Gran Premio de Fórmula 1 o el rally Dakar. Incluso, aunque pueda parecer imposible, tendrán lugar en un entorno desértico los Juegos Asiáticos de Invierno en el 2029 Asociados con rostros conocidos y logrados los eventos que den visibilidad al país como muestra de sus intenciones, todo apunta a que lo siguiente será impulsar las infraestructuras.
Nadie duda de que, llegado ese punto, sabrán como resultar atractivos y convincentes a ojos de los demás. Entre las ventajas de esta corriente, destaca sobre las demás la puerta que se abre al mundo para “suavizar” la imagen de una nación sometida a numerosas críticas en el panorama internacional, que trata de mostrarse abierta dentro de las limitaciones que vienen dadas por sus leyes y costumbres.
Potenciar su papel en la región
Además supone un intento de reforzar su hegemonía como principal potencia de Oriente Medio y potenciar la práctica deportiva entre los saudíes. Todo ello responde a un plan en apariencia medido, con inversiones importantes en disciplinas muy populares como el golf (circuito LIV Golf) y mercados futbolísticos potentes como es la Premier League inglesa.
Allí cuentan con el Newcastle, conjunto al que han levantado y que disputará la Liga de Campeones la próxima campaña. La sensación es pues que la estructura no caerá de la noche a la mañana como pudo suceder años atrás cuando China se volcó con el fútbol, destinando una importante cantidad de dinero para incorporar figuras notables y tratar de reflotar clubes que vivieron tiempos mejores.
En aquel caso la gran dependencia de un sector tan inestable como el inmobiliario y la irrupción de la pandemia hizo que se diluyera el sueño de ofrecer a sus ciudadanos un gran evento futbolístico y acompañar eso con la conquista del mismo a base de dar solidez a la cantera.
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