Bob Dylan: La leyenda sigue viva
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El cantautor Bob Dylan ha demostrado en su concierto del Festival Internacional de Benicàssim (FIB) que a sus 71 años está más vivo que nunca y que sigue siendo una leyenda del folck rock.
Dylan ha ofrecido un recital ante 40 000 personas en el escenario principal del FIB que ha durado poco más de una hora y media, pero en el que ha hecho moverse al público al ritmo de algunas de sus canciones más míticas.
Al salir al escenario, pasadas las 21.45 horas, Dylan se ha colocado directamente en el teclado para empezar a tocar los acordes de la canción que ha abierto el concierto: «Leopard Skin Pill Box hat», de su álbum de 1966 Blonde on blonde.
A partir de ahí, el ritmo no ha decaído ni un momento, e incluso Dylan se ha animado con unos pasos de baile que pese a ser algo limitados y con ciertas aspiraciones de ser «sexy» que no se han cumplido, han demostrado que el poeta del rock sigue en forma y le sobra energía.
Vestido con su típico atuendo de vaquero trasnochado y con su característica voz áspera, Dylan ha ido desgranando canciones como «Tangled up in blue», «Highwater-For Charlie Patton» o «Highway 61 revisited».
Más que cantar, se puede decir que el cantautor de Minnesota narra las canciones, como el trovador que siempre ha sido, y las hace casi irreconocibles para el público, que solo distingue los temas por la música.
Después de hacer una extraña despedida, en la que simplemente se ha colocado frente al público y ha hecho un gesto con las manos, Dylan y sus músicos han vuelto para tocar el único auténtico himno del cantautor que se ha oído hoy en el FIB.
No ha habido «Hurricane», ni tampoco «Blowin in the wind», pero al menos Dylan ha obsequiado a los fibers con una versión de «Like a Rolling Stone» en la que la música sonaba más rockera, debido al añadido de guitarras y batería, y la letra se convertía en frases inacabadas por boca del cantante.
Esta canción la ha tocado al piano, como la mayoría, dejando el centro del escenario vacío y dando protagonismo a los músicos, aunque también ha tocado la armónica y en un par de ocasiones ha cogido la guitarra.
Dylan tiene fama de huraño, de no conectar con el público, debido a su costumbre de no pronunciar una palabra más allá de las que incluyen las letras de sus canciones, y hoy no ha sido diferente, aunque en un par de ocasiones parecía que se iba a arrancar.
Además, no ha permitido la presencia de fotógrafos ni cámaras de video, y las pantallas situadas a los lados del escenario no han dado a sus seguidores ni un plano cercano al músico.
En cuanto al público, ha sido variado y ecléctico, como la decimoctava edición del FIB en general, y mientras unos disfrutaban del concierto y coreaban al artista, a otros parecía importarles poco lo que Dylan les tuviera que decir.
Con esta actuación, el FIB 2012 ha llegado a su punto álgido, aunque todavía queda mucho festival y hoy, aparte de Dylan, el cartel incluía muchos grupos, en su mayoría británicos, que han actuado desde las 18 horas hasta la madrugada.
El músico inglés Miles Kane ha sido uno de los que más público ha congregado, a pesar de que ha actuado pasadas las 20 horas y el sol aún pegaba fuerte en el recinto del FIB.
Kane ha sido el primero en acercar a la gente al escenario, a pesar de las temperaturas que alcanzaban 35 grados, y les ha puesto a bailar con temas como «Rearrange», «Looking out my window», «My Kind» o «Colour of the trap».
En la otra punta del recinto, en el escenario Trident Senses, los valencianos La Habitación Roja cantaban para un público más reducido, pero más fiel, que conocía todas las canciones y ha bailado hasta quedar exhausto.
El FIB 2012 continúa mañana con el esperado regreso de los británicos Stone Roses y con la visita, esta vez sin su hermano, de Noel Gallagher y su banda, los Flying Birds, que serán los cabezas de cartel de la tercera noche del festival.
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