Portugal sobrevive sin los goles de Cristiano
especiales
La ansiedad y Bendtner casi ‘matan’ a Portugal. A falta de cuatro minutos para el final, los lusos estaban fuera o casi fuera de la Eurocopa. Con el 1-2, Cristiano perdonó lo que no suele perdonar atenazado por su propia agitación interna y casi lo paga caro, él y su selección. Al final, Varela salió al rescate para dejar sin valor los dos goles de Bendtner y dar sentido práctico al de Pepe, de cabeza, y al del discutido Hélder Postiga.
La selección de Bento salió ansiosa, sobreexcitada. Su estado de ánimo era el mismo que el de su estrella Cristiano Ronaldo, autopresionado, sobrepasado en exceso por tanta responsabilidad. Gesticuló desde el minuto uno, abroncó a sus compañeros en cada error, se desesperó en cada pérdida, lanzó faltas en posiciones imposibles, falló por precipitación e intentó cabalgadas desde la nada al infinito, quedándose siempre a mitad de camino. Al principio, parecía irrompible el sistema táctico de Morten Olsen. Un mecanismo exacto, milimétrico, ‘antifracturas’, que se vio alterado por la lesión de Zimling en el minuto 14 de partido. Cambio de piezas. Salió Jakob Poulsen y desplazó a Kvist.
Dinamarca vio modificada su estructura base y perdió el control. Antes de poder reajustarse, Pepe rompió la fortaleza danesa y calmó levemente a Portugal con un inmenso cabezazo en la salida de un córner (23’). La celebración fue una terapia de choque, los lusos soltaron adrenalina como ante un saco de boxeo con gritos, aspavientos y gestos liberadores. Fue un pequeño bálsamo, a partir de ahí, Portugal consiguió retener su ansia e intentó tocar. Fueron los mejor minutos de los de Paulo Bento. Y el premio, llegó con el segundo gol, aunque era excesivo por los méritos de ambos. Hélder Postiga cerró o minimizó el debate del delantero, que también se vende en Portugal, rematando un gran pase raso de Nani al punto de penalti. El jugador del Zaragzoa fue letal con un remate alto e imposible para Andersen. Minuto 35 y 0-2, el partido parecía resuelto.
Pero hablamos del grupo de la muerte y Portugal tenía hoy enfrente a una falsa ‘Cenicienta’ que reniega de su ser y que ya se reveló ante Holanda. Reaccionó Dinamarca y antes del descanso, Bendtner acercó posturas. La dinamita danesa reventó el muro formado por el colosal Pepe y el expeditivo Bruno Alves, y con una combinación de cabeza entre Krohn-Dehli y el delantero del Sunderland, llegó el tanto de la llamada ‘Pandilla Olsen’. Las pulsaciones de los portugueses volvieron al pico.
Dinamarca creció en la segunda parte con la mejoría de Eriksen y Kvist, la salida de Mikkelsen por el lesionado Rommedahl y la mayor actividad de Krohn-Dehli. Pero Cristiano pudo sentenciar en dos ocasiones que nunca olvidará. La primera tras una galopada por la izquierda y la segunda, más clara, delante de Andersen pero se bloqueó en ambas. Su cara presagiaba el desastre portugués, que llegó minutos después con el cabezazo en el segundo palo de Bendtner. Ese gol dejaba casi eliminado a Portugal, era una catástrofe, y dejaba a Dinamarca casi en cuartos.
En la absoluta desesperación lusa, surgió Silvestre Varela en el 86 para salvar a Portugal y para reflotar a Cristiano Ronaldo, al que todavía se le espera. Seguirá el debate en Portugal, pero hoy deben dar gracias a alguna fuerza divina porque siguen vivos pese a la ansiedad.
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