Colombia busca la paz: Las pequeñas grandes diferencias
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Vivir en Paz en Colombia, en esa Total que busca Petro y quiere el pueblo, sigue siendo difícil, pese a que las muertes a causa de la violencia en general han disminuido, pero, ¡y he ahí el detalle!, se ha incrementado el número de asesinatos de dirigentes sociales.
Este martes 31 de enero se publicó el balance de los asesinatos de líderes sociales del pasado año, un total conocido de 215, la cifra más alta desde el 2016.
Y aunque toda muerte injusta, inmerecida, llama a la reflexión, esta es aún más dolorosa, porque son líderes que recogen las inquietudes de la gente; son sus voceros y los que trabajan por un país donde se respeten los derechos humanos.
Como se recordará, el gobierno de Colombia comenzó el año con un indudable triunfo político, al acordar con cuatro de los cinco principales grupos armados del país un cese del fuego de seis meses, un entendimiento mucho más que simbólico para el objetivo del presidente Gustavo Petro de implementar la Paz Total, y celebrado por la ONU, que trabajará junto a la Iglesia en la verificación del pacto.
El cese bilateral del fuego fue acordado con la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central, las AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia) y las Autodefensas de la Sierra Nevada desde el 1 de enero hasta el 30 de junio del 2023, prorrogable según los avances en las negociaciones», indicó Petro.
El gobierno de Colombia evaluará cada dos meses el cumplimiento del cese del fuego bilateral pactado con los cuatro grupos armados, que se instrumentará durante el primer semestre del año, subrayó el Ministro del Interior.
“La labor más difícil que hay es la verificación. Se prevé que cada dos meses se haga un corte de cuentas de cómo evoluciona en cada uno de los territorios, con cada una de estas organizaciones”, explicó el jefe de la cartera, Alfonso Prada, quien aseguró que la fuerza pública mantendrá el control de “absolutamente todo el territorio” y no se van a desmilitarizar regiones como se hizo en negociaciones de paz anteriores.
Todavía falta el acuerdo al respecto con la principal guerrilla del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que se reunirá con la delegación gubernamental a partir del 13 de este mes de febrero en México.
CUMPLIR CON LO QUE SE DISCUTA Y ACUERDE
A través de un comunicado, la delegación guerrillera asegura que, en diversas oportunidades, han señalado que “el ELN solo cumple lo que se discuta y se acuerde en la Mesa de Diálogos donde participemos”.
En la misma línea, agregó que, en el pasado ciclo de diálogos realizado en Venezuela, que culminó el 12 de diciembre –con Cuba y Noruega como garantes-, solo se acordó lo anunciado en relación con la institucionalización de la Mesa e iniciaron los ajustes a la Agenda que fueron llevados a consultas, tanto al Presidente como al Comando Central.
También informaron que en el siguiente ciclo de conversaciones que se realizará en México y una vez se concluya lo que está previsto, “estamos en disposición de discutir la propuesta de cese al fuego bilateral para examinar los términos que hagan posible un acuerdo”.
Ambas partes tienen ideas comunes sobre el cese al fuego bilateral, porque hay intenciones de desescalar el conflicto en las zonas de alivios humanitarios pactadas (Bajo Calima, en el departamento de Valle del Cauca, y Medio San Juan, en el de Chocó).
Para el segundo ciclo del proceso de paz el primer punto que se discutirá será la participación de la sociedad en la Mesa de Diálogos para que ella misma aporte el diagnóstico, demandas y soluciones a la problemática social y política de las zonas en conflicto donde está presente el ELN. En este punto, desde luego, entrará el problema del paramilitarismo como una política de Estado y la urgencia de su desmonte como una demanda de las comunidades.
El segundo punto de la agenda será el cese al fuego bilateral donde las partes acordarán los protocolos junto a países garantes e instancias acompañantes como la ONU, la Conferencia Episcopal y el Consejo Mundial de Iglesias.
En el segundo ciclo también se hará una evaluación de los acuerdos y la implementación alcanzada hasta la fecha. En este punto se tramitarán los informes de ambas delegaciones en la Caravana Humanitaria que partió de la ciudad de Cali, departamento del Valle del Cauca, hacia el Bajo Calima y Medio San Juan en el departamento de Chocó, donde se encontrarán con las comunidades en zonas de conflicto y pueblos fantasmas completamente desplazados por la guerra.
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