Los franceses comienzan a votar en la primera vuelta de la elección presidencial

Los franceses comenzaron a votar este domingo en la primera vuelta de la elección presidencial francesa, en la que el presidente saliente, Nicolas Sarkozy, y el socialista François Hollande, principal favorito, se perfilan como vencedores para participar en el duelo final del próximo 6 de mayo.

En total, unos 44,5 millones de electores están convocados a las urnas para elegir entre 10 candidatos a los dos que deben disputar la segunda vuelta.

Las mesas de votación abrieron a las 08H00 (06H00 GMT) y cerrarán a las 18H00 (16H00 GMT), salvo en las grandes ciudades, donde se podrá sufragar hasta las 20H00 (18h00 GMT).

Los electores de ultramar y los franceses residentes en el continente americano comenzaron a votar el sábado.

El ganador de la segunda vuelta presidirá durante cinco años una de las principales potencias mundiales, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, con un poder personal casi sin equivalencia en el mundo democrático.

Favorito desde hace meses, Hollande, a quien los sondeos predicen una neta victoria en la segunda vuelta, con un 55% de los votos, podría convertirse en el primer presidente de izquierda desde François Mitterrand (1981-1995).

Los últimos sondeos publicados el viernes otorgaban a Hollande una leve ventaja sobre Sarkozy en la primera vuelta, con un 28% y un 26% de intenciones de voto respectivamente.

Todos los institutos de sondeo excluyen la posibilidad de que los dos candidatos queden fuera de la segunda vuelta.

La candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, con un máximo del 17% de preferencias, y el candidato de izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, con un promedio del 15%, se disputan duramente el tercer lugar en la primera vuelta.

Sin embargo, los analistas advirtieron contra las posibles consecuencias de una fuerte abstención, que podría dar lugar a sorpresa. Los institutos de sondeo vaticinan una abstención de alrededor del 25%, debido a una desconfianza de los franceses hacia los políticos, considerados ineficaces para resolver la crisis.

En la elección de 2007, que vio el triunfo de Sarkozy, la abstención fue del 16,23%.

La crisis económica -pautada por la explosión de los déficits, un desempleo del 10%- proyectó su sombra sobre la campaña, obligando a los candidatos a abordar los temas de la desindustrialización, el proteccionismo europeo y el retorno al equilibrio de las cuentas.

Hollande, fortalecido por la victoria en las primarias socialistas en 2011, llevó adelante su campaña metódicamente, aunque sin levantar gran entusiasmo, exponiendo de forma constante sus prioridades con relación al empleo de los jóvenes, el estímulo del crecimiento económico y el retorno al equilibrio presupuestario en 2017.

El ex secretario del Partido Socialista de 1997 a 2008 logró convertir la elección en un referéndum contra el quinquenato del "hiperpresidente" Sarkozy, que aspira a un segundo mandato de cinco años.

Nicolas Sarkozy, que batió récords de impopularidad presidencial, intentó zafarse de su balance económico y social y de su imagen de "presidente de los ricos" desarrollando una campaña muy de derecha, agresiva, basada en la seguridad y la inmigración.

Después de las matanzas de Toulouse y Montauban, donde un islamista mató en marzo a tres militares y cuatro judíos, Sarkozy registró un avance en los sondeos, logrando alcanzar a su rival socialista. Sin embargo, en abril, el alza se frenó y Sarkozy registró incluso un retroceso.

Marine Le Pen, de 43 años, que reemplazó a su padre, Jean-Marie a la cabeza del Frente Nacional, logró en su primera campaña presidencial resistir la ofensiva de Sarkozy, que en 2007 había captado una parte importante del electorado de extrema derecha.

Por su parte, el ex socialista Jean-Luc Melenchon, de 60 años, candidato del Frente de Izquierda, una alianza con el Partido Comunista y otras pequeñas formaciones izquierdistas, constituyó la primera sorpresa de la campaña.

Melenchon eclipsó a la candidata ecologista Eva Joly, acreditada con el 3% de intenciones de voto, y a los dos candidatos de la extrema izquierda troskista Philippe Poutou (Nuevo Partido Anticapitalista) y Nathalie Arthaud (Lucha Obrera), que difícilmente superan el 1% de los votos.

Tampoco se espera un resultado elevado del soberanista de derecha Nicolas Dupont-Aignan y de Jacques Cheminade, un excéntrico sin afiliación política.

El conjunto del abanico político francés, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, está representado entre los diez candidatos que participan en la primera vuelta.