MLB: Dusty Baker y Verlander rompen su maldición
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Más de dos décadas le tomó al manager Johnnie “Dusty” Baker para al fin alzar un trofeo de campeón en las Grandes Ligas del béisbol estadounidense.
Fracaso tras fracaso, con los Gigantes de San Francisco o los Cachorros de Chicago, por una razón o por otra, al exjardinero se le hacia esquiva la corona.
Pero finalmente este sábado puso fin a su calvario, en su tercera campaña al frente de Astros de Houston, segunda incursión también en la Serie Mundial. En 2021 se le atravesaron los Bravos de Atlanta, y esta vez parecía que los Filis de Filadelfia le volvían a amargar la vida, pero sus Astros reaccionaron luego de perder el tercer partido para ganar los otros tres en fila, incluyendo dos como visitantes.
Precisamente el último de esos dos los ganó Justin Verlander, para al fin hacerse justicia en una Serie Mundial, pues a pesar de haber ganado el anillo de campeón, a nivel personal no había podido aportar lo que de él se espera en el momento más importante de la temporada.
Fueron también varias aperturas fallidas con Tigres de Detroit y los propios Astros, algunas veces sin lanzar mal, pero poco respaldado por sus compañeros. Ahora tuvo que hilar muy fino, porque el crédito se lo llevó finalmente por margen de una sola carrera (3x2), pero al fin pudo festejar un triunfo en una Serie Mundial.
Eran esas las deudas más pesadas que cargaban los texanos, vilipendiados también por haber hecho trampas en el pasado, y con una alineación que lucía menos poderosa que en versiones precedentes.
No obstante, el pitcheo se echó encima al equipo, tanto los abridores como los relevistas, pues salvo la paliza 7x0 a Lance McCullers en el juego 3 de la Serie Mundial, desde la lomita respondieron casi todos.
Muy llamativo resultó que a los monarcas no les funcionó ninguna de las variantes utilizadas como bateador designado, luego de colocar a la defensa al cubano Yordan Álvarez, el habitual en ese turno al bate. El caribeño estuvo inmenso desde todo punto de vista, pero los que tomaron su relevo fracasaron estrepitosamente. Aún así, los siderales lograron el título.
Los Filis dieron batalla, pero los serpentineros de los Astros, en especial el abridor dominicano Framber Valdez, los acomodadores y el cerrador, no dieron tregua a la batería rival.
Solamente Kyle Schwarber pareció cómodo ante los envíos contrarios del juego 3 en adelante, pues el resto de la alineación de los Filis aportó bastante poco.
La oportunidad estuvo también de parte de los ganadores, pues desaprovecharon muy pocas opciones con hombres en posición anotadora, y eso fue clave para conseguir las anotaciones en momentos cruciales.
Clave, e inesperado diría yo también, el aporte del novato Jeremy Peña, quien llegó para sustituir nada menos que al puertorriqueño Carlos Correa, un bate muy importante en la alineación de Houston.
Sin dudas, la sangre latina fue fundamental en este triunfo, que deja ya a Dusty Baker con la tranquilidad como para decir adiós por la puerta grande, a sus 73 años.
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