Día Mundial del Teatro: 50 años del arte por la paz

Cada 27 de marzo se celebra el Día Mundial del Teatro, fecha instaurada hace 50 años por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés) durante un Congreso del Instituto Internacional del ramo.
  
La esencia del festejo descansa sobre la idea de fomentar y fortalecer la amistad entre los pueblos en el ámbito de las artes escénicas, la cual estaría llamada a cumplir un viejo anhelo de los artistas de diversas regiones del planeta.
  
Tradición ya en la celebración lo constituye el hacer público un comunicado oficial que cada año tiene su redacción a cargo de una personalidad de relevancia para las artes escénicas, ya sea desde la actuación o la creación dramatúrgica.
  
En este 2012, la responsabilidad cayó sobre los hombros del destacado actor norteamericano John Malkovich, de primerísima línea dentro del teatro y séptimo arte en Estados Unidos, donde se ha desempeñado, además, como director, guionista y productor.
  
Fue antecedido en tan alto honor por figuras de la talla de la británica Judi Dench en el 2010 y la ugandesa Jessica A. Kaahwa en 2011. En la lista de los escogidos figuran, además, Jean Cocteau, Laurence Olivier, Jean Luis Barrault, Eugene Ionesco, Antonio Gala, Pablo Neruda, Peter Brook, Iakovos Kampanellis y Arthur Miller, entre otros.
  
En su misiva a colegas del resto del mundo, Malkovich llamó a reflejar, mediante la actuación, la esencia del ser humano y su capacidad para superar las adversidades, la pobreza y el nihilismo a partir del talento, el rigor y la humildad.
  
Desde 1962 la fecha se celebra de diversas formas a lo largo y ancho del mundo, y en Cuba se aprovecha para homenajear a relevantes exponentes de las tablas y como pretexto para una revisión crítica sobre el estado de esa manifestación artística y sus retos.
  
Cinco décadas después, queda mucho por hacer por la paz y las relaciones entre naciones que permitan estabilidad y confianza en el futuro.
  
La esencia humanística del Día Mundial del Teatro tiene que multiplicarse, pues la coyuntura global, ahora más que nunca, necesita que se haga realidad la alegoría encarnada en la paloma blanca.