Occidente preparado… para el sacrificio de Ucrania
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La cámara baja de la Asamblea Federal rusa, la Duma Estatal, ratificó este lunes por unanimidad los documentos de la incorporación de los territorios de Donetsk, Lugansk, Zaporozhie y Jersón a la Federación de Rusia.
Mientras jefes militares norteamericanos retirados declaran separada pero coincidentemente sobre la posibilidad de utilizar armas nucleares contra Rusia, el flujo bélico estadounidense y de sus aliados al régimen de Ucrania sigue aumentando, así como su utilización contra instalaciones civiles de las regiones que acaban de realizar referendos en los que casi la totalidad de su población acaba de decidir su adhesión a la Federación Rusa.
No hay que ser muy ducho para comprobar que todo es parte de las metas geopolíticas imperialistas, aunque tengan que sacrificar los intereses y las vidas de la población de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, y las regiones de Zaporiyia y Jersón por ejercer su derecho a la autodeterminación, incluido en la Carta de la Organización de las Naciones Unidas.
En este sentido no hay nada nuevo sobre la Tierra, porque Estados Unidos y sus aliados así lo hicieron en la antigua Yugoslavia, y luego en una parte de ésta, en Kosovo, para citar dos casos connotados, sin que la ONU se opusiera, a pesar de que en el caso actual, si se cumplió la premisa de que sus habitantes tienen el derecho de determinar independientemente su propio destino.
Por lo pronto, todas las instancias judiciales y legislativas de Rusia ya han dado su aprobación al referendo, destacando la unanimidad de los diversos elementos que componen el accionar político ruso, tal como ocurrió cuando se decidió la operación militar en Ucrania, que los entes occidentales achacaron mentirosamente a la sola figura del presidente Vladimir Putin, con el fin de profundizar la política de odio a Rusia.
INTERESES NACIONALES
En este contexto, Putin afirmó que Rusia no volverá a abandonar sus intereses nacionales, mientras el canciller Sergei Lavrov indicó que se ve claramente el deseo de la gente de estar cerca de Rusia, y se debe tratar con respeto su decisión.
Lavrov insistió en que la operación militar fue la única solución que pudieron adoptar ante el apoyo que recibió el "régimen rusofóbico neonazi en Ucrania" y que se tradujo en el envío de armas a las fronteras rusas.
"Me gustaría enfatizar que el colectivo de Occidente, liderado por EE.UU. está buscando abiertamente derrotar a Rusia en el campo de batalla”, indicó, a lo que se pudiera agregar que las enfermizas políticas de sanciones económicas unilaterales contra Moscú se han convertido en un arma de doble filo para Europa, cuyas industrias acabaron con décadas de estabilidad lograda gracias al apoyo de Rusia.
Esto les permitió a los países de Unión Europea entrar en competencias exitosas, incluso con empresas estadounidenses.
Lo anterior reafirma la consideración de que Estados Unidos provocó la guerra entre Europa y Rusia, así como de la situación que dio píe a los referendos de adhesión a Moscú.
Rusia sabe que la gente que vive en los territorios liberados, antes que nada, las tierras históricas de Novorossía (Nueva Rusia) no quieren vivir bajo el yugo del régimen neonazi.
Todos los refugiados de Zaporiyia, Jersón, Lugansk y Donetsk son fruto de las atrocidades de Kiev. Más de 7,5 millones de personas de estas regiones se vieron obligadas a huir, mientras las tropas ucranianas atacaron hospitales, escuelas y organizaron atentados terroristas contra civiles.
Ello lo comprobó la prooccidental Amnistía Internacional, que luego se vio obligada a disculparse ante los ataques de Kiev y Occidente, y aunque algunos de sus directivos e investigadores se vieron obligados a renunciar por haber dañado la propaganda antirrusa, nunca se contradijeron de lo que habían descubierto.
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