Los "indignados" contra el Foro de Davos piden un cambio del modelo económico
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Los participantes en el movimiento "Occupying WEF", un colectivo de "indignados" que protesta contra la reunión anual del Foro Económico de Davos, cumplieron hoy una semana instalados en iglús y tiendas de campaña para reclamar un cambio del modelo de economía imperante.
Las autoridades no han permitido que el movimiento instalara su campamento a menos de un kilómetro del centro de congresos, donde desde el miércoles se celebra el Foro de Davos (WEF, siglas en inglés), una cita a la que acuden cientos de banqueros, directivos de las compañías más poderosas del mundo, y también académicos, políticos y periodistas de todo el mundo.
Más de 30 personas están de manera permanente en el campamento, ubicado cerca de la vía ferroviaria, soportando temperaturas que bajan por las noches a varios grados bajo cero y en un paraje nevado.
En las últimas semanas, el volumen de nieve que ha caído en Davos (oeste de Suiza) ha sido el segundo más importante de los últimos sesenta años, según las estadísticas de los servicios meteorológicos.
Al campamento llegan cada día algunas decenas más de personas que forman parte del movimiento para realizar distintas acciones pacíficas, como la que esta tarde les llevará a concentrarse frente a la Alcaldía de Davos.
Los ocupantes son casi todos jóvenes suizos entre los 16 y 26 años miembros o simpatizantes del Movimiento Socialista Juvenil y de otras agrupaciones de izquierda, cuya principal reivindicación es la de ejercer su derecho a ser escuchados por las élites que participan en el Foro, y que dirigen la economía y las finanzas del planeta.
"Allí está representada la élite mundial, celebrando lo bien que les va, a pesar de la gran responsabilidad que tienen en el estallido de la actual crisis económica internacional", manifestó a Efe Pascal Buhig, un joven de 19 años llegado de Zúrich y que está en el campamento de manera permanente.
"Queremos dejar claro de que no aceptamos esa manera de actuar, que se discuta allí sobre la supuesta solución a los problemas del mundo", agregó.
Si bien, los jóvenes suizos que participan en este movimiento están lejos de sufrir el impacto de la actual crisis del mismo modo que sus coetáneos de Grecia, Portugal o España, donde la tasa de paro juvenil prácticamente duplica la media, ellos están convencidos de que "en el mundo globalizado de hoy la crisis de unos es la crisis de todos".
A los jóvenes españoles, les dirigió un mensaje: "tienen que mantener el ánimo y no quedarse en silencio. Tienen que hacer oír sus voces y estar en las calles porque ese es el único lenguaje que esta gente de las élites entiende. Si tienen auténtica presión sobre sus hombros entonces quizás algo pueda cambiar"
"La democracia no es suficiente en un mundo en el que domina el capital. El modelo económico capitalista actual rivaliza con la democracia y el primero siempre prevalece porque el 99 por ciento de la gente está excluida del verdadero proceso de la toma de decisiones", sostuvo Buhig.
A pesar de estar lejos de la vista de los participantes del Foro Económico Mundial, los jóvenes de "Occupying WEF" han recibido mucha atención de la prensa internacional, interesada en escuchar su opiniones, compartidas por movimientos similares en varias partes del mundo.
Quizás por ello los organizadores del WEF propusieron a los representantes del movimiento una reunión -eso sí, fuera de las instalaciones de las sesiones oficiales-, una oferta que no aceptaron porque temían que fuera utilizada por la entidad privada en favor de su propia imagen.
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