Galeano: Orgulloso de ser amigo de Cuba, el país prohibido para EE.UU. (+ FOTOS)

Galeano: Cuba vive un período apasionante de cambios

Fotos: Yuris Nórido

“Cuba está viviendo un período apasionante de cambios, que no nació de la cabeza de ningún dios sino de la realidad, de la energía acumulada de su sociedad”, comentó Eduardo Galeano, quien estaría muy contento de ver a Fidel.

Luego de la apertura oficial de la 53 edición del Premio Literario Casa de las Américas, el escritor uruguayo conversó con la prensa cubana sobre su estancia en La Habana y sus impresiones sobre las transformaciones que la isla ha experimentado en los últimos tiempos.

“La Revolución Cubana hizo lo que pudo, no lo que quiso”, la limitaron el bloqueo norteamericano y otras malezas.

Galeano dijo que pudo comprobar parte de esas restricciones del bloqueo desde el hotel donde está en La Habana. “Cuando intenté conectarme apareció en la computadora ese cartelito en inglés que dice usted está accediendo desde un país prohibido. Y yo me pregunto, prohibido por quién o por quiénes”.

“Pero yo estoy orgulloso de ser compatriota de ese país prohibido que aún sigue siendo un paradigma de dignidad nacional para otros porque ostenta ese peligroso ejemplo de la solidaridad. Y por esos contagios otros han puesto tantas trabas a las ruedas que este país necesita procesar”.

El autor de “Las venas abiertas de América Latina” se refirió a los retos actuales del continente. “Se ha trabajado mucho a favor de la unidad latinoamericana. Esa unidad no tiene discusión, es algo imprescindible, pero también es muy complejo de lograr porque somos muy diferentes. No se trata de que el Norte es malo y el Sur es bueno, todos tenemos contradicciones, por eso hay que ponernos de acuerdo”.

“Cargamos con una herencia de mutilaciones como el machismo, el racismo, el militarismo… y una serie de ismos que nos dejan ciegos de nosotros mismos.”

Galeano alabó la iniciativa venezolana para crear el Banco del Sur. Ese proyecto, como otros, es fundamental. “No hay que temerle a las contradicciones, dijo sabiamente, porque eso es e motor de a vida y será siempre la mejor manera de reconocernos a nosotros mismos, a partir de la celebración de los diversos mundos que existen en el Mundo. Esa es nuestra gran virtud, nuestra diversidad de olores, colores, dolores… Si nos preguntan de qué preferimos morir, de hambre o de aburrimiento, la respuesta es que no queremos morir”.

Después de varios días en la capital cubana, Galeano ha podido recorrer La Habana Vieja, cuyo trabajo de restauración lo dejó fascinado.

“Eusebio Leal se merece un capítulo en el Génesis de la Biblia. Si Dios creó al mundo en una semana, él, con su locura tropical, ha podido rescatar en unos años la belleza de tantos barrios habaneros, que ni yo mismo conocía. Además de mi encuentro con tantos amigos en la Casa de las Américas, esto ha sido lo más alentador que he visto en Cuba”.

Este martes Galeano leerá fragmentos de su libro “Espejos. Una historia casi universal”, publicado por Cuba.

Se trata de contar la historia del mundo desde el ojo de la cerradura, a través de pequeñas historias que ayuden a recuperar el arcoiris terrestre, “que es más bello que el arcoiris celeste”.

También leerá relatos de “Los hijos de los días”, que al decir de él mismo, se parece a “Espejos…” pero con una estructura diferente. “Es como un calendario que cuenta hechos que pueden pasar en cualquier lugar y en cualquier momento.”

Estos fueron textos inspirados en Guatemala, donde Galeano se interesó por la cultura maya. “Esta ha sido una cultura muy manipulada por los que hablan del fin del mundo y quieren vender horóscopos falsos. Es mentira que los mayas dijeron que el mundo se acababa en 2012”.

Para terminar de deleitarnos, Galeano recitó de memoria unos versos del libro, fue algo así como: “Y los días se echaron a caminar, y ellos, los días, nos hicieron a nosotros, los hijos de los días, los averiguadores…”

PALABRAS DE GALEANO DURANTE LA APERTURA DEL PREMIO CASA

El escritor uruguayo Eduardo Galeano inauguró hoy el 53 Premio Literario Casa de las Américas, en el que concursarán unos 400 originales, la mayoría de Argentina, Brasil y Colombia.

Cubasi transmitió en vivo, via La Ventana,  desde la sala Che Guevara, la inauguración de la 53 edición del Premio Casa de las Américas, que incluyó las esperadas palabras del escritor uruguayo Eduardo Galeano, invitado especial del certamen.

Mañana, martes 17 de enero a las 4:00 p.m. (hora de Cuba), se transmitirá de la misma manera la lectura de Galeano y la presentación de su libro Espejos. Una historia casi universal.

Palabras del escritor uruguayo Eduardo Galeano en la inauguración de la 53 edición del Premio Casa de las Américas, este lunes 16 de enero en la sala Che Guevara

Fe de erratas. Donde dice: 12 de octubre de 1492, debe decir: 28 de abril de 1959.

En ese día de abril fue fundada, en Cuba, la Casa que más nos ha ayudado a descubrir América y las muchas Américas que América contiene.

La otra fecha, la de octubre, rinde homenaje a sus presuntos descubridores, esos que la historia oficial aplaude, pero ellos fueron más encubridores que descubridores: iniciaron el saqueo colonial mintiendo la realidad americana y negando su deslumbrante diversidad y sus más hondas raíces.

En cambio, la Casa de las Américas, nacida de la Revolución cubana, lleva más de medio siglo ayudándonos a vernos con nuestros propios ojos, desde abajo y desde adentro, y no con las miradas que desde arriba y desde afuera nos han humillado desde siempre.

Esta Casa es mi casa, la casa nuestra. Y porque así la siento, y así la sé, he sido y seguiré siendo su siempre amigo, de acuerdo con aquella definición de la amistad que nos legara Carlos Fonseca Amador, el fundador del Frente Sandinista: “El verdadero amigo es el que critica de frente y elogia por la espalda”.

Pero a veces no viene mal elogiar de frente, cuando no es por deber de cortesía, ni por hipócrita adulación, ni por miedo a la verdad.

Y entonces uno puede decir, pongamos por caso: gracias, gracias mil a la Casa de las Américas, por todo lo que ha hecho y hace para la revelación de nuestras energías creadoras, mil veces asesinadas y mil veces resucitadas. Y gracias, gracias mil, porque esas porfiadas voces renacidas, que nos hablan desde el pasado más remoto y desde el más cercano presente, han encontrado en la Casa un espacio de encuentro y una caja de resonancia que hasta entonces no existían.

Gracias, pues, mil gracias, por ese alimento de vitamina d, “d” de dignidad, que tanto nos ayuda a creer que el deber de obediencia, impuesto por los poderosos del mundo es, puede ser nuestra penitencia pero no es, ni puede ser nuestro destino.