Francia: Luces apagadas y pequeños comercios en problemas frente a la crisis energética

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Francia: Luces apagadas y pequeños comercios en problemas frente a la crisis energética
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Fecha de publicación: 
20 Julio 2022
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Galería del Grand-Cerf en el distrito 2 de París. RFI/ Charlie DUPIOT

La sobriedad energética es un concepto que cada vez gana terreno en Francia tras el anuncio de las medidas para enfrentar la crisis energética del presidente Emmanuel Macron el 14 de julio. Este plan hace un llamado al compromiso social para reducir el consumo de energía y así disminuir la dependencia al gas ruso en la que se ven comprometidos varios países del bloque occidental.

A esta iniciativa se han sumado esta semana diferentes empresas como la federación Perifem, que reúne diversos actores de la gran distribución. Ellos anunciaron, entre otras medidas, que comenzarán a apagar sus luces desde el momento de cierre de las tiendas.

Es así que diferentes supermercados han previsto por ejemplo “sistematizar el descenso de la intensidad lumínica” reduciendo al 50% la iluminación de las zonas de venta o “cortar la renovación de aire en la noche”. Todo ello para hacer frente a la elevación del costo de la energía.

Un ligero cambio en los Campos Elíseos

Climatización y bellas luces encendidas de día a pesar del calor, ese es el paisaje habitual en París, sobre todo en los Campos Elíseos. Caminando por la emblemática avenida se pueden ver grandes marcas que iluminan las calles con esplendorosas vitrinas para atraer las miradas de los turistas y pasantes.

Esta gran pasarela, que cada 14 de julio alberga el tradicional desfile militar, parece haber escuchado el llamado a la “sobriedad energética” de forma muy sutil. “Lo único que ha cambiado es que han cerrado algunas tiendas”, cuenta un trabajador de los alrededores que prefiere no ser identificado. El impacto de la pandemia del covid-19 es lo que más ha hecho efecto, asegura, más que la guerra en Ucrania.

Entre las llamativas vitrinas que se han apagado para responder a la lucha contra la crisis energética se encuentran marcas como el supermercado Monoprix o la tienda de ropa Lacoste, quienes comenzaron a reducir el consumo energía desde hace una semana. “Las luces se apagan después de cerrar la tienda, como sobre la medianoche, pero antes las dejábamos encendidas”, comenta el empleado de una de las tiendas.

Pequeños comercios en jaque

No obstante, existe una gran diferencia entre las medidas aplicadas por grandes y pequeñas tiendas. Los pequeños comercios tenían la esperanza de poder recuperar las pérdidas que han llevado a muchos al cierre tras la pandemia. La sobriedad energética parece una buena iniciativa, pero muchos de los comercios parisinos ya hacían diversos esfuerzos para evitar mayores gastos.

“Ahora las facturas de energía están muy caras, antes pagábamos entre 500 y 600 euros y ayer recibí una factura por más 1.900 euros, el triple de lo normal. Esos son los efectos de la crisis del coronavirus que se sienten ahora”, cuenta el encargado de la panadería Ben, Jediane Khalifa, en los alrededores del Parque de Exposiciones de la Puerta de Versalles en el barrio 15.

“He apagado algún refrigerador, pero yo hago esto también por la economía y para ahorrar. Antes hacíamos los panes hasta las ocho de la noche, pero ahora detenemos todo a las siete”, cuenta este panadero.

Otros como el señor William Garay, responsable del LatinoMarket, cuenta que sabe que tienen que ahorrar en electricidad pero que “con tanto calor no se puede”. “Estamos dejando la climatización todo el día prendida y eso lógicamente va a suponer un costo mayor y no colaboramos con el planeta”, reconoce Garay.

Ambos pequeños comerciantes ven sobre todo los estragos de la pandemia e intentan hacer lo posible para continuar trabajando a pesar del calor y ofrecer un servicio que atraiga clientes. Sin embargo, reducir el consumo de energía es muy difícil en temporadas de calor intenso como se vive en París con temperaturas que este martes llegaron a los 41°. “Esto es un mercado público y la gente tiene que estar a gusto, tranquila, si hay mucho calor se incomoda, no entra y no compra”, finaliza el señor Garay.

Se tiene que actuar ya

María Eugenia Sanin, maestra de conferencias en Economía en la Universidad Paris-Sanclay y experta en energía, comentó en una entrevista para RFI que, si bien la “sobriedad energética” es una muy buena noticia, las medidas tienen que ser aplicadas ahora mismo.

“Los días de extremo calor son ahora entonces, hoy tenemos un consumo de energía que es más elevado que el promedio, donde consumimos energías fósiles, en particular gas ruso. Ahí es cuando tenemos dificultad para producir la energía con nuestro mix propio, cuando hay extremo calor y extremo frio.”, comentó Sanin.

Asimismo, Sanin explica que lo único que puede hacer el gobierno para llamar a la responsabilidad social en cuanto al ahorro energético es por medio de incentivos o sanciones, pues es así como en general funciona la regulación de los mercados.

“Responsabilizar a las personas es difícil porque ¿quién puede culpar a un ciudadano francés de que quiera poner el aire acondicionado cuando es la segunda o la tercera vez en esta década que sufre una semana de 40 grados?”, comenta la experta.

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