Gran Maestra Vivian Ramón: el talento es trabajo...
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Su ejemplo personal sirve como argumento… Una reconocida ajedrecista cubana que en 1998 se convirtió en la primera Gran Maestra de Iberoamérica. Foto: Mónica Ramírez
Vivian Ramón se declara una feminista justa. No le gustan los estereotipos, defiende a la mujer a capa y espada, y en todo escenario resalta sus logros en la historia de la humanidad.
Su ejemplo personal sirve como argumento… Una reconocida ajedrecista cubana que en 1998 se convirtió en la primera Gran Maestra de Iberoamérica. Además exhibe en sus vitrinas ocho coronas nacionales y nueve participaciones en olimpiadas.
Si todo esto pareciera insuficiente, podríamos añadir que es madre y abuela, graduada en Derecho de la Universidad de La Habana y artífice de muchos proyectos para desarrollar el Juego Ciencia en Cuba.
Directora del Centro de Estudios del Ajedrez Isla, siente a cada niño que recibe clases allí como su propio hijo. Vive tan enamorada del ajedrez que lo considera su novio eterno, y pocas cosas han podido igualar esa pasión.
Desde su deporte enfrenta un mundo marcado por la cultura patriarcal, pero eso no ha frenado su empuje. Asegura que verá a una mujer coronarse campeona mundial absoluta y que el ajedrez sirve para derribar barreras. De eso y más accedió a conversar con JIT a modo de celebración por el 8 de marzo.
¿Cómo asume el éxito en un deporte dominado por hombres?
Con una alegría inmensa. Siempre fue un reto enfrentarme a ellos. Me gustan los torneos de hombres porque son exigentes. En mi época de jugadora era difícil acceder a esas lides, pero en la actualidad estamos más cerca de la igualdad. Claro, hay siglos de diferencia y eso no se borra rápidamente.
¿Existe discriminación en el ajedrez?
En el mundo hay discriminación. Y en el ajedrez, por ejemplo, todavía son menores el número de eventos femeninos y el valor de los premios en los campeonatos mundiales, respecto a la rama masculina. Sin embargo, pienso que la brecha se ha ido acortando y hay mucho más acceso a los llamados torneos absolutos.
¿Y no será discriminatorio convocar torneos femeninos?
No, porque los necesitamos para desarrollar y promocionar el ajedrez entre mujeres. No lo considero un acto de discriminación. Debemos jugar entre nosotras y contra ellos.
¿Qué significó convertirse en la primera Gran Maestra de Iberoamérica?
Luché muchísimo, pero mi real mérito estuvo en ver que podía hacerlo en los llamados torneos absolutos. Comprendí que insertándome allí podía alcanzar el título y me esforcé para alcanzar el nivel necesario. Aquello marcó un momento crucial, toda la vida quise ser Gran Maestra y lo logré.
¿Sacrificó mucho para su carrera ajedrecística?
A la familia en primer lugar. Siento que no le he dado la atención que merecía y necesitaba. Perdí muchas cosas lindas de mi hijo y mi sobrina, y con la nieta también pierdo algunas cosas.
¿Le compensa lo obtenido?
Sí. Me siento realizada, convencida de que he vivido como quería y que todas las decisiones tomadas fueron muy responsables. Lo que salió bien, salió bien… Y lo malo es parte de lo que asumes. El ajedrez enseña a eso, a tomar responsabilidad por todas las decisiones.
¿Qué le diría a una niña que quiera dedicarse al ajedrez?
Que estoy de acuerdo con los maestros que dicen que el talento es trabajo. Pueden decirles que son extraordinariamente talentosas y serlo realmente, pero si no dedican las horas de trabajo que el ajedrez lleva no conseguirán nada.
El ajedrez es muy agradecido. Por eso les diría que se dediquen, que si el resultado no sale hoy saldrá mañana; que trabajen mucho, estudien y compitan, pero no contra otras, sino contra ellas mismas.
Aunque no lleguen al alto rendimiento, el ajedrez les servirá para la vida, les ayudará a ser mejores profesionales; resolverán varios problemas a partir de lo aprendido en el tablero. Me sucedió en la carrera de Derecho y tengo muchos más ejemplos.
¿Se borrará la diferencia entre hombres y mujeres?
Tengo fe en eso y creo que no va a tardar muchos años ver a una mujer con la condición de campeón mundial absoluto. Judit Polgar estuvo cerca y Hou Yifan no ha tocado su techo todavía. Además existen jóvenes jugadoras que se perfilan muy bien.
Es una feminista apasionada…
Soy una feminista justa, creo en la mujer y en lo que puede hacer. Siento orgullo de ser mujer y de decir que en determinados momentos tenemos más coraje que numerosos hombres… Y eso, llevado al ajedrez, se ve muchísimo.
Este es uno de los deportes que más ha borrado las diferencias y luchado por la igualdad de género. Eso se evidencia a nivel internacional y nacional, y en esa lucha no solo han estado las mujeres… Me gusta cuando los hombres se suman a nuestras causas.
La Federación Internacional de Ajedrez (Fide) declaró el 2022 como Año de la Mujer y el Ajedrez…
Creo que ha sido el impulso que necesitábamos para lograr la integración total. Las proyecciones de la Fide me parecen excelentes. Tiene muchos programas para resaltar el papel del ajedrez más allá de lo competitivo y darle su papel inclusivo. Desarrollar al ser humano, aportar al ser humano, eso es este deporte.
¿Qué le ha dado a usted, en específico, el ajedrez?
Me ha enriquecido el alma y brindado una razón para vivir. Ser mujer me ofrece un sentido maternal que ayuda a proyectarme de modo especial en la profesión escogida.
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