Francis Del Río: «Yo no ando inventando para lucirme con nadie»

Fotos: CubaSí

Videos: Amilcar Acosta
 

Conversar con Francis Del Río es una fiesta. ¿Usted lo ha visto en el escenario? Pues así mismo, espontáneo, sin pelos en la lengua, desfachatadamente sincero e inquieto, lúcido, más claro que el agua en lo que piensa y enamorado, absolutamente enamorado de las palabras que pronuncia, como de la mujer, de la vida y del arte.

¿Parece un ajiaco mi descripción? Lo es, porque intento presentar a un cubanazo desde el alma a la risa, y eso somos, ¿no?: un ajiaco sabroso y esencial. Así mismo, mezclada y versátil, es su vocación creativa:

«Lo primero que hice fue teatro con mi mamá cuando muchacho, después fui pintor toda la vida, o sea, que se puede decir que yo soy un pintor que canta, no un cantante que pinta. La plástica siempre va a estar en mi arte, en mi modo de vestir extravagante. Lo que es el mundo visual siempre va a estar mezclado a mi obra. De hecho, una cosa que disfruto más que pintar y cantar es cuando uno todo eso editando videos. Es un medio donde yo canalizo todo mi potencial creativo». 

—¿Cuáles son los motivos que te inspiran?

—Últimamente, estoy muy influenciado por Instagram, porque es un festival tremendo de belleza femenina y soy muy sensible a la imagen, veo los encantos que tiene más allá de la parte erótica, porque realmente a mi obra no le hace falta ninguna mujer para venderla, pero son realmente imágenes tan bonitas, cuando las mujeres hacen esas acciones plásticas con los vestuarios, por ejemplo, las modas, me gusta y me identifico con eso y soy feliz cuando creo a través de eso. A veces le pongo música que ellas ni se esperan, imagínate una japonesa que está practicando Tai chi chuan, y de pronto tú le pones una timba atrás... pero bueno, es un contraste bien rico.

—Cuéntanos de la música. ¿En qué anda Francis Del Río?

—Este tiempo ha sido duro para todo el mundo. Yo hace como un año me hice un disco que se llama Década prodigiosa que para mí son canciones bonitas, muy suaves, parecidas al club, basadas en el timbre de esa época. Esas canciones eran muy bonitas y no por el acompañamiento musical. Era, si se puede decir, pobre el acompañamiento musical, pero eran bonitas las melodías, como los niños, que nacen lindos y después con lo que tú los vistas lucen bonitos. Ese disco me parece que me quedó bastante en ese estilo. Lo tengo guardado y quisiera sacarlo con una disquera cubana. Por lo demás, estamos con Interactivo en la peña del Bertolt Brecht, que eso ahí se pone rico.

—Eres muy activo en las redes sociales. Ya mencionabas Instagram, pero también en Facebook. ¿Cómo te ha llevado esta época de tantos ataques y linchamientos, sobre todo contra los artistas cubanos?

—Mira, casi todos los problemas de los seres humanos son emocionales y de incoherencias afectivas, sobre todo en la familia, y de irrealizaciones espirituales o amorosas. Es mi modesta opinión, no quiero ofender a nadie, pero siempre que veo a alguien en esa onda negativa, sobre todo con la política y eso, los veo más como pacientes, como enfermos, porque si tú tienes una novia lindísima y todo te va bien y estás realizado en tu arte, eso no te toca. Es como una moda que hay: hablar de política. Parece que todo el mundo tiene su complejo de presidente, unos más que otros; los que se lo han cogido en serio, bueno..., pero presidente hay solo uno, no hay dos, ni tres, ni cuatro. En el caso de los artistas, sí me molesta que hagan ese énfasis para llamar la atención: usar la política, usar el nombre de un presidente, o sea, tú puedes pasar por eso, pero hay otros temas, ese es un modo muy mediático de llamar la atención. En segundo lugar, es un estado enfermizo que tú no te das cuenta del momento en que estás ya con el virus que te está creciendo, porque la coges con eso y entras en un ciclo que no puedes salir. No comparto eso y se ponen agresivos. A mí no me gusta bloquear y he tenido que bloquear a mucha gente por eso.

«Cada cual piensa como le venga en ganas y cree en el sistema que quiera creer y nada es perfecto. Yo hablo de Cuba bien porque yo vivo en Cuba. Yo no vivo en Italia, ni en Miami, ni en Hong Kong. Yo vivo aquí y lo que yo conozco, el proceso donde yo me crié fue en este; lo poco o lo mucho que soy se lo debo a esto.

«Yo digo lo que pienso de verdad. Si le hago una canción a Maceo es porque yo le descargo a Maceo. Yo no ando inventando para lucirme con nadie, ni para que me den un carro; todo el mundo sabe que yo no tengo ni bicicleta. Lo hago porque le descargo de verdad».

—Y has recibido ataques personales por expresar esas cosas que sientes. ¿Cómo lo manejas?

—Te decía que ya yo no lo veo como malo ni como bueno, lo veo como personas enfermas o no enfermas, porque realmente el problema de ninguno de los artistas es que Díaz-Canel esté ahí o no esté ahí. El problema de nosotros no es ese. Ah, si tú quieres enfocarte en eso y cogerla con eso para llamar la atención, enseguida si eres pintor, tu obra va a subir de precio; si eres cantante, tu música va a subir de precio. Me parece que es una manipulación o es un mal gusto.

—Lo más reciente ha sido todo el boicot al San Remo...

—Siempre es lo mismo. Va a haber ese fuego con Cuba constantemente. La gente no te perdona que te vaya bien, se sacan un ojo por verte tuerto también... (como digo en una canción).

—Francis, te voy a decir tres palabras y quiero que me respondas muy rápido y muy breve lo que significa cada una para ti.

—Interactivo: 

—Fusión.

—Jaruco:

—Hogar materno.

—Cuba:

—Yo.

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