Pudiera parecerlo: un fragmento de la puesta Fuerza y compás de la compañía de ballet Lizt Alfonso. Y me atrevo a decirlo sin miramientos porque, para mí, Leyanis Pérez (10 de enero de 2002) es una gema, una que, pese a sus 1.88 metros de estatura, conjuga explosividad, fuerza, técnica con considerable margen de ganancia y… ese compás distintivo de la escuela cubana de triple salto.

Cualquier duda, bastaría volver la mirada a su estreno en la temporada bajo techo 2022, y trasladarnos hacia la francesa Miramas, de la cual la pinareña se adueñó con estirón de 14.47 metros, por encima nada más y nada menos que de la portuguesa Patricia Mamoma (14.17) y la española Ana Peleteiro (14.15), plata y bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio, respectivamente.

Y si hablamos de irreverencia entre las consagradas, hay que detenerse en la secuencia de la alumna de Ricardo Ponce (14.10-14.38-13.99-14.47-X-14.15 m), de la cual la primera lectura es que físicamente se encuentra sólida, pues solo cometió un foul y cuatro de sus restantes registros superaron la barrera de los 14 metros.

A propósito, su marca ganadora le mereció ubicarse en el tercer puesto del incipiente top list anual sobre pista cubierta, y a la escolta de la curtida triplista de Dominica Thea Lafond (14.62) y de la estadounidense Jasmine Moore (14.55).

En ese propio escenario galo, Liadagmis Povea, la triplista más connotada de la Mayor de las Antillas en 2021 y quinta bajo los cinco aros, recaló sexta con 13.79.

Hurgando un poco más en la figura de Leyanis, tenemos que sobresale en materia de condiciones naturales por sobre Mabel Gay y Josleidy Ribalta, las otras dos triplistas espigadas que hemos tenido en los últimos tres lustros. Y digo esto, esencialmente, por su explosividad y rapidez como virtudes, aderezadas con fuerza y una técnica bastante aceptable para sus 20 abriles. Eso sí, con mucho que pulir.

No en balde muchos entendidos la consideran como uno de los grandes talentos del campo y pista a nivel global, dejavú de la historia de quien fuera su compañero de equipo, Jordan Díaz, recientemente nacionalizado español. De vuelta a Leyanis, sus 14.53 metros materializados la campaña precedente y que constituyen cota nacional juvenil para Cuba, la situaron en el escalafón sub-20 de todos los tiempos igualmente en el tercer peldaño, al acecho de la búlgara Teresa Marinova (14.62) y la china Qiuyan Huang (14.57).

En tanto, los 14.47 de este viernes constituyen mejor salto bajo techo para la también reina de los I Juegos Panamericanos Junior de Cali-Valle 2021, con estirón entonces de 14.39.

Nada, que habrá que seguirla bien de cerca, y en lo adelante, contar con ella. Su reto más inmediato lo tendrá en la también francesa Marsella, el próximo día 9, segunda parada para sus pinchos en la presente gira invernal.

Para aquellos que gustan de más profundidad o detalles, sobre Leyanis su mentor declaró a este cronista en 2021:

«...A pesar de ser una atleta bien espigada, tiene un excelente dominio de su cuerpo, con una relación de su fuerza-esfuerzo positiva. Sus capacidades coordinativas están en la cuerda de lo deseado, solamente le quedan años de trabajo, dada su notable juventud.

«Eso lo estamos recuperando. Además, buscamos estabilizar su carrera de impulso de 13 pasos, que es la primera vez que lo está haciendo acá en el período de controles del Estadio Panamericano, pues anteriormente lo hacía con 11 y, al poseer velocidad, tiene que irse adaptando al cambio.

«No llegar muy justa a la tabla, buscar progresión durante la carrera. Es de las que mayores dividendos le puede sacar a estas cuestiones...»

Mirada a nuestros restantes exponentes en Europa

Como parte de la campaña sobre pista cubierta, otros han sido los exponentes antillanos que han hecho su debut. Por esas coincidencias de la vida, también marcados por el número tres, en algunos casos, como los de la pertiguista Yarisley Silva en par de oportunidades: 4.52 en el Halle des Expositions, Nevers, de Francia, el pasado 29 de enero, y 4.51 en Ostrava, República Checa, este jueves; ambas competiciones dominadas por la bielorrusa Iryna Zhuk, con respectivos 4.71 y 4.60.

Mientras, esa misma ubicación obtuvo el saltador de altura Luis Enrique Zayas en el mitin de Udine, Italia, en el cual sobrevoló la varilla a 2.20. Necesitará carburar mejor en aras de emular los 2.31 de su temporada sobre pista cubierta 2021, válidos para posicionarlo en el umbral de la élite de la especialidad.

Otro que ya probó sus pinchos en el viejo continente fue el saltador de longitud Maykel Vidal, quien, con estirón de 7.92, se tuvo que conformar con la cuarta plaza de Ostrava. Expectantes estamos por ver el debut del bronce olímpico (8.21 en Tokio y 8.39 de personal) y su tocayo, Maykel Massó; como también de la cuatrocentista Roxana Gómez y la ochocentista Rose Mary Almanza.

Y llega el cierre de estas líneas con dos grandes, desde la altura y a todo tren, pues el sueco Armand Duplantis se impuso con 6.03 metros en el evento de salto con pértiga del ISTAF de Berlín y pasó a comandar el listado anual. Mondo incluso le tiró a los 6.19 que devendrían tope universal absoluto, pero la varilla, caprichosamente, no le siguió el juego.

En tanto, el rey del hectómetro en la capital nipona, el italiano Marcell Jacobs, se mantiene «dulce», en franco estado de gracia, y en su estreno de invierno detuvo los relojes en los 60 metros lisos en 6.51 segundos, válidos para aventajar al caboverdiano Arthur Cissé (6.60) y al francés Jimmy Vicaut (6.61). ¡A correr se ha dicho!