Esta calle es de Fidel

En julio como en agosto, en 2021 como en 1994: la Revolución tiene derecho a defenderse y lo hará, porque brazos y corazones no le faltan. Lo hará como aprendimos del Comandante: a pecho abierto, como se fue Fidel a Galiano y Malecón, como llegó Díaz-Canel a San Antonio de los Baños.

La calle es y será de Fidel, de ese Fidel multiplicado que proyectaba un futuro de hombres de ciencia cuando otros planeaban su muerte, "casualmente" los mismos cazafantasmas trasnochados que hoy siguen intentando matarlo porque no soportan ver su rostro en cada intento de Cuba por salvarse.

Nade quiere irse a la calle en estos días. Yo no quiero. Quisiera, ya lo he dicho, estar en el más complicado de los centros de aislamiento de mi amada Matanzas, en los hospitales colapsados, en los barrios en cuarentena como mensajera de las personas vulnerables o reportando los esfuerzos de mis hermanos y hermanas exhaustos, valientes, que se juegan la vida en alguno de esos sitios. Si no puedo ser parte de las soluciones, entonces pereferiría estar en casa, tratando de tampoco ser parte del problema.

Pero si pretenden robarme la calle por la que van mis hijos sin miedo, el camino al consultorio médico y a la escuela; si quieren secuestrarme la tranquilidad necesaria para seguir luchando por la vida. Si a los ingenuos, los confundidos y los malintencionados no les importa el dolor de mi gente, si no tienen escrúpulos en aprovecharse de este momento crítico para la estocada final que solo ocurrirá en sus imaginaciones retorcidas, entonces me encontrarán, seguro, en mi calle.

Me encontrarán sin miedo en la calle de la Revolución que fundó el CIGB y el Instituto Finlay de Vacunas, de la Revolución a la que le debemos la esperanza, la luz al final del túnel que representan Abdala, Soberana y el resto de los candidatos vacunales.

En la calle nos vemos para decir solidaridad donde el cinismo o la ignorancia (cuál de los dos más peligroso), dicen intervención humanitaria (Remember Yugoslavia, Iraq, Libia, Somalia y Haití). Para repetir independencia donde tratan de escribir anexionismo. Saldremos a la calle para pedir justicia en tres palabras: ¡Abajo el Bloqueo!
 
No queremos. Yo no quiero tomar las calles, quiero trabajar y luchar contra la pandemia. Pero que nadie se equivoque: no tenemos miedo. "La Revolución cubana no va a poner la otra mejilla a quienes la atacan en espacios virtuales y reales. Evitaremos la violencia revolucionaria, pero reprimiremos la violencia contrarrevolucionaria", como escribió este lunes en su perfil de twitter nuestro presidente. La Revolución tiene quien la defienda y no es un hombre, somos millones. No olviden que esta tierra nunca ha habido un Zanjón sin un Baraguá. Esta calle es y será de Fidel, ese espíritu rebelde que reencarnó en millones de revolucionarios y revolucionarias. La calle es nuestra.