Junta de Supervisión de Facebook: ¿vigilante o distractor?
especiales
ARCHIVO - En imagen de archivo del 14 de abril de 2020, el logo de la mano con el pulgar levantado en señal de "Me gusta" es exhibido en la sede de Facebook en Menlo Park, California. (AP Foto/Jeff Chiu, archivo)
La Junta de Supervisión de Facebook, que el miércoles ratificó el veto al expresidente estadounidense Donald Trump de la plataforma, también lanzó una crítica dura a su mecenas corporativo: Facebook.
“Al imponer una sanción vaga y sin estándares y posteriormente remitir este caso a la Junta para su resolución, Facebook busca evadir sus responsabilidades”, escribió la Junta de Supervisión en su decisión.
Sin embargo, los detractores no están convencidos de que la decisión de la Junta represente un logro en la rendición de cuentas. De hecho, muchos consideran que su enfoque limitado en asuntos de contenido único es un distractor ante problemas más serios como el poder masivo de Facebook, sus algoritmos misteriosos capaces de amplificar el odio y la información errónea, y cuestiones aún más graves y complicadas sobre regulaciones gubernamentales.
“Resulta mucho más fácil hablar de Donald Trump”, que de los negocios de Facebook, subrayó el presidente de la organización Color of Change, Rashad Robinson, un crítico acérrimo de Facebook. “Nos quieren mantener en la conversación sobre este asunto u otro del contenido, que es sobre libertad de expresión en lugar de abordar los algoritmos que amplifican cierto tipo de contenido, que nada tiene que ver con libertad de expresión”.
Para Robinson la Junta de Supervisión “es una treta para evitar medidas regulatorias”.
Después de meses de deliberaciones y cerca de 10.000 comentarios públicos sobre el tema, la decisión de la Junta sobre Trump pidió a Facebook especificar por cuánto tiempo duraría la suspensión del perfil del expresidente, al señalar que su veto por tiempo “indefinido” es irracional. La decisión, que otorga a Facebook seis meses para acatar, pospone efectivamente cualquier readmisión de Trump y regresa la obligación de esa decisión a la compañía.
“Ellos tomaron la decisión correcta”, dijo Yael Eisenstat, una exagente de la CIA quien durante seis meses en 2018 estuvo al frente de las operaciones de integridad electoral de Facebook para publicidad política y ahora es una investigadora en Betalab.
Pero la atención al proceso de la Junta supervisora, de acuerdo con Eisenstat, da a Facebook exactamente lo que desea.
“Estamos desviando nuestro tiempo, atención y energía de la discusión más importante sobre la manera en que la compañía debe rendir cuentas por sus propias herramientas, diseños y decisiones de negocios que ayudaron a propagar teorías conspiratorias peligrosas”, sostuvo.
Facebook ha indicado que dejó en claro públicamente que la Junta de Supervisión no era un reemplazo de las regulaciones.
ADVERTISEMENT
“Hemos creado la Junta de Supervisión independiente para ejercer responsabilidad y escrutinio por nuestras acciones”, afirmó la compañía en un comunicado. “Es el primer organismo de su tipo en el mundo: una organización independiente encabezada por expertos con la facultad de imponer decisiones obligatorias a una compañía privada de redes sociales”.
Una fuente importante de preocupación entre los detractores de Facebook: la Junta de Supervisión reportó que la compañía se negó a responder a detalle preguntas sobre cómo sus herramientas técnicas y su modelo de negocio basado en la publicidad podrían también amplificar el extremismo. El grupo de supervisión Public Citizen señala que resulta preocupante que Facebook se haya negado, por ejemplo, a revelar la manera en que su fuente de noticias afectó la visibilidad de las publicaciones de Trump.
“No todos ven lo que cualquiera publica, por lo que los algoritmos deciden quiénes lo ven, cómo lo ven, cuándo lo ven y presumiblemente Facebook cuenta con todo tipo de información sobre los niveles de compromiso”, dijo Robert Weissman, presidente del grupo. “La compañía nos debe a todos un análisis a posteriori sobre la manera en que Facebook es usado y operado y si amplificó lo que Trump decía y si contribuyó a la insurrección”.
Otra preocupación: La manera en que las acciones de Facebook hacen eco en el extranjero. La Junta de Supervisión revisa si las decisiones de Facebook cumplen con las normas internacionales sobre derechos humanos al igual que las políticas de la propia empresa.
“La pregunta que todo mundo se hace es si Facebook se encuentra en un mercado lucrativo y tiene ante sí a un líder político que incita a la violencia, ¿estará Facebook a favor de los derechos humanos y la seguridad humana sobre sus fundamentos?”, comentó Chinmayi Arun, una colaboradora en el Proyecto de la Sociedad de la Información en la Facultad de Derecho de Yale. “Es justo decir que un expresidente no es el único líder mundial que incita a la violencia”.
Facebook creó el panel de supervisión para dictaminar en asuntos polémicos sobre contenido después de recibir una oleada de críticas por el mal manejo de la información errónea, los discursos de odio y la influencia perversa de las campañas en su plataforma. La decisión sobre Trump ha sido la 10ma que la Junta ha tomado desde que empezó a atender casos a finales del año pasado. Las nueve decisiones anteriores han tendido a favor de la libre expresión sobre las restricciones de contenido.
La compañía financia a la Junta de Supervisión a través de un “fideicomiso independiente”. Sus 20 integrantes, que eventualmente aumentarán a 40, incluyen un exprimer ministro de Dinamarca, al exdirector editorial del diario Guardian, además de académicos del área legal, expertos en derechos humanos y periodistas. Los primeros cuatro miembros de la Junta fueron elegidos directamente por Facebook. Esos cuatro luego trabajaron con Facebook para seleccionar a los miembros adicionales.
Los críticos más prominentes de Facebook —entre ellos analistas en información errónea, académicos y activistas— quedaron, notablemente, fuera de la alineación.
“Se trata de gente muy inteligente y capaz que se integró a esta junta”, resaltó Robinson. Pero, agregó, “la Junta de supervisión es un grupo de asesores de Mark Zuckerberg. Él los contrató, él pagó por ellos y él puede deshacerse de ellos si lo desea”.
El vocero de la Junta, Dex Hunter-Torricke, exhortó a los críticos a juzgar al organismo con base en las decisiones que toma.
“Este no es un grupo de personas que sienten ninguna obligación de mostrarse blanco ante la compañía”, dijo Hunter-Torricke, quien anteriormente fue un redactor de discursos para el director general de Facebook, Mark Zuckerberg. En la decisión del miércoles, agregó, “la junta dijo claramente que Facebook rompió las reglas al igual que el señor Trump, y eso no es apropiado”.
Añadir nuevo comentario