Humor gráfico: entre el arte y el periodismo

Cuba celebra por estos días su XXII Bienal Internacional de Humorismo Gráfico, una cita que por la contingencia sanitaria se ha debido circunscribir sobre todo a las redes sociales. CubaSí conversó con cuatro de sus participantes, para buscar algunas coordenadas de ese ejercicio profesional en el país.

CUBASÍ: Hay una extraordinaria tradición del humor gráfico en Cuba, pero no hablemos de historia. Hablemos de presente. ¿Cuál es el panorama de esta expresión, aquí y ahora?

ARÍSTIDES HERNÁNDEZ (ARES): Pienso que el humorismo gráfico cubano goza de buena salud. Hubo cierto bache vinculado con lo que conocemos como el período espe­cial; realmente en los primeros años de este siglo comenzaron a aparecer algunas firmas jóvenes que con el tiempo se hicieron habituales. Aho­ra hay varios humoristas gráficos, gran parte de ellos jóvenes, que es­tán haciendo una excelente obra, que tienen un camino adelantado en su trabajo, con reconocimientos tanto en Cuba como en el extranje­ro. Para mí ese hecho es sintomático de que la tradición tiene continua­dores. Y algunos de ellos la enrique­cen, pues experimentan con nuevas maneras de hacer.

CARLOS ALEJANDRO FLACÓ CHANG (FALCO): Yo creo que Cuba está viviendo un gran florecimiento de su humor gráfico. Y no solo por los muchos humoristas establecidos, sino por los jóvenes que están apareciendo.

ADÁN IGLESIAS (ADÁN): Creo que es un humor de altos valores estéticos y muy comprometido con su momento, con su cultura. Es muy representativo de la nacionalidad.

CUBASÍ: ¿Cuáles son los principales temas de ese humorismo en Cuba? ¿Cuáles son los temas tabúes?

FALCO: Es reconfortante comprobar que se tocan muchos temas. Nosotros, los que trabajamos en publicaciones, abordamos la línea editorial. Y también se aborda el costumbrismo, la cotidianidad…

ARES: Cuando uno tiene una visión de lo que se hace en diferentes regiones del mundo, descubre que hay temas que se tratan en algunas y en otras, no. Acá, entre nosotros, hay temas sensibles, como los relacionados con figuras históricas o líderes de la Revolución. En otros sitios son los íconos religiosos, como es el caso del profeta Mahoma. Hay lugares donde no se puede hacer chistes sobre los patrocinadores de los medios de prensa. O sobre el rey. Y es impensable que en un medio contrario a la Revolución aparezca algo que de alguna manera reconozca una virtud del socialismo. Otros asuntos complicados: los judíos, el holocausto, el color de la piel…

CUBASÍ: ¿Cuáles son los espacios fundamentales para la socialización del humor gráfico en Cuba? ¿Son suficientes esos espacios?

FALCO: Los principales espacios con los que contamos son las redes y las publicaciones digitales. Sabemos que las publicaciones impresas son muy limitadas.

MICHEL MORO: Pareciera que el talento y que la producción superaran los espacios que el humor gráfico pudiera tener en los medios.

ADÁN: A veces, cuando publicas algo en los medios impresos, es porque hay un espacio que ha quedado en la plana y hay que llenarlo. Pero la concepción de hacer periodismo asumiendo también al periodismo gráfico no siempre se suele valorar o tomar en cuenta en las rutinas de los medios de comunicación.

MICHEL MORO: Y no solo en los medios impresos. En los medios digitales también hace falta más humor gráfico. Y en los medios impresos el humor gráfico que se publica casi siempre es el de figuras bien establecidas, y hay artistas jóvenes que pudieran publicar también. Habría que entender cuál es el rol y la importancia del humor gráfico en la concepción del periodismo.

CUBASÍ: ¿Arte o periodismo? Algunos siguen subestimando una expresión que creen que está en terreno de nadie.

ARES: Es que el humorismo gráfico es una expresión artística que está muy asociada al periodismo. Es arte y es periodismo. Y a veces no se entiende esa dualidad. El hecho de estar en los medios diariamente disminuye, según algunas personas, al humorismo gráfico; lo aparta de otras expresiones. Yo no hago esas distinciones. Hay gente que hace, por ejemplo, pintura… y la hace mal. La técnica no presupone calidad. Lo que vale es el desempeño, los valores de la obra. El humorismo gráfico es uno de los caminos para hacer arte. Se hace bien o se hace mal. Es o no es arte. Como en todas las manifestaciones.

MICHEL MORO: Yo creo que no hay distinción. Es arte y es periodismo. Y no es menos que otras artes. Al final son ideas que se expresan.

ADÁN: Todo tiene que ver con lo que tú creas. El prejuicio existe. Y ha existido siempre, incluso con otras expresiones o géneros de las artes visuales, como el desnudo o el paisaje… Lo que tú hagas es lo más importante, tus ideas, la realización, tu desempeño, eso es lo que define…

CUBASÍ: ¿Por qué hace falta más humorismo gráfico en los medios de comunicación?

MICHEL MORO: Es otra visión. Es un acompañamiento de lo que se escribe. Es parte de esa cosmovisión que se debe tener de un asunto, de una problemática.

ADÁN: El humorista gráfico tiene que reflejar su momento. A veces ese momento está permeado por prejuicios y hay temas que no se quieren tratar. Es un problema, porque estás truncando una visión de presente que será importante para el futuro. Hace falta una mayor comprensión en los medios de la necesidad del humor gráfico. Es también periodismo. Y ahora que se lee poco es útil, porque puede decir mucho con pocas palabras.

CUBASÍ: El mundo vive una pandemia, una etapa de crisis. ¿Cómo se posiciona el humorismo gráfico ante estas circunstancias?

ARES: Me parece que este tiempo de pandemia y de confinamiento ha valorizado al humorismo gráfico desde el punto de vista de los pú­blicos. Mucha gente está siguiendo a los humoristas en las redes y esa manifestación ha tenido una nota­ble influencia como medio de expre­sión, como recurso para reflexionar sobre la realidad.

MICHEL MORO: El humor es un bálsamo. Y cuando hay tiempos de crisis, tiempos de incertidumbres, el humor ayuda a paliar los problemas. Ese es el principal rol del humorismo gráfico en Cuba y en el mundo.