Se han ensañado con Rusia

Si el objetivo era dar un escarmiento y mandar una señal clara al resto del mundo, lo han conseguido en las oficinas del Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS), luego de confirmar las sanciones por dopaje que evitarán que los atletas rusos compitan en los principales eventos internacionales bajo la bandera del país en los próximos dos años.

Eso implica que los nacidos en el país más grande del planeta tendrán por segunda Olimpiada consecutiva que competir bajo bandera neutral.

El tribunal suizo redujo a la mitad el periodo de prohibición, desde cuatro a dos años, pero igual parece un castigo excesivo, si se toma en cuenta que esto comenzó en 2015.

Además de los Juegos de Tokio, los atletas rusos no verán su bandera ni escucharán su himno nacional en los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022 y el Mundial de Fútbol de Qatar 2022, los otros grandes eventos deportivos de los meses venideros.

Según lo acordado, Rusia tampoco puede organizar o presentar candidaturas para eventos deportivos importantes durante un período de dos años, hasta el 16 de diciembre de 2022, y los funcionarios o representantes del gobierno ruso tendrán prohibido asistir a eventos como los Juegos Olímpicos y los Campeonatos Mundiales de los principales deportes durante este período.

De nada ha servido que las autoridades rusas alegaran que las inconsistencias en los datos fueron puramente técnicas y no el resultado de una manipulación.

Aún cuando realmente hubiera habido irregularidades a gran escala, parece demasiado severo el castigo a quienes han competido de manera limpia, que es la mayoría, en una nación que es potencia deportiva.

Nótese que no me refiero a los directivos, que tampoco podrán formar parte de comités u ocupar cargos en organizaciones que deben cumplir con el código de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).

Lo que no me parece bien es privar a quienes han cumplido las reglas de competir en igualdad de condiciones con el resto del mundo. Casos de dopaje ha habido en todas las latitudes, pero no por eso se generaliza, aún cuando en este caso haya indicios de dopaje de Estado.

En definitiva, los deportistas rusos que han actuado internacionalmente en los últimos años, han sido sometidos a rigurosos análisis, y ahí debió quedar todo, porque no tienen la culpa de que algún dirigente haya actuado de mala fe.

Al menos a mí me parece que a Rusia le están pasando la cuenta por la época de la Guerra Fría, cuando se sospechaba que atletas del extinto campo socialista usaban sustancias prohibidas, pero nunca se pudo probar.

Es como que ahora te pillamos, y pagarás por todo. Al menos a mí, esto me parece ensañamiento.