Europa "debe apretar los dientes" por el COVID-19 mientras se desvanece euforia por vacuna
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Un miembro del personal médico con máscara protectora y traje trabaja en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) donde los pacientes que padecen la enfermedad por coronavirus (COVID-19) son tratados en el hospital de Vannes, Francia. 12 de noviembre de 2020. REUTERS/Stephane Mahe
Autoridades europeas advirtieron el jueves contra la complacencia ante el COVID-19 y dijeron que las medidas para controlar un aumento en las infecciones a medida que se acerca el invierno boreal deben permanecer vigentes pese a las esperanzas de que nuevas vacunas puedan controlar la pandemia.
El anuncio de esta semana de Pfizer Inc de una vacuna potencialmente efectiva elevó el optimismo sobre un pronto final de la crisis, provocando un fuerte alza de los mercados financieros y avivando el anhelo público de una Navidad casi normal.
No obstante, Francia y la Organización Mundial de la Salud (OMS) instaron a la gente a seguir cumpliendo los confinamientos cuando quedó claro que las nuevas vacunas no llegarán lo suficientemente pronto para muchos enfermos de COVID-19 y economías en contracción.
“Definitivamente, este no es el momento para relajarse”, dijo el primer ministro francés, Jean Castex, en un artículo publicado en el periódico Le Monde.
Si bien Pfizer y su socio alemán BioNTech aspiran a producir 50 millones de dosis este año si la vacuna se aprueba a tiempo, no estará disponible de forma amplia hasta 2021, lo que obligará a los tensionados sistemas de salud a seguir gestionando la crisis hasta entonces.
En Italia, que reportó 623 muertes el miércoles y superó el hito del millón de casos, y en Alemania, que también ha visto aumentar las infecciones a los niveles vistos más temprano en la crisis, las autoridades dijeron que cualquier regreso a la normalidad tomará tiempo.
“Debemos apretar los dientes un par de meses más”, dijo Lothar Wieler, director del Instituto Robert Koch para enfermedades infecciosas. “Desafortunadamente, tomará un tiempo hasta que todos los que quieran puedan vacunarse”.
La terrible situación que enfrenta Italia, el país en el centro de la primera ola de la pandemia, fue subrayada por un video en las redes sociales que mostró un cadáver tendido en el baño de un hospital, luego de que el paciente aparentemente murió mientras esperaba una prueba.
Después de lograr cierto grado de control sobre la pandemia tras los confinamientos generalizados a principios de año, los gobiernos de la región tuvieron que imponer nuevas restricciones para intentar frenar el alarmante aumento del número de casos en las últimas semanas.
No obstante, aunque surgieron señales de que esas medidas pueden estar ayudando a reducir las tasas de infección en algunas áreas, las autoridades dijeron que se necesitan más.
“Las infecciones disminuyeron rápidamente la semana pasada, pero necesitamos avanzar más”, dijo a los periodistas Ernst Kuipers, director de la asociación nacional de hospitales holandesa LNAZ. “Las medidas vigentes aún son necesarias y seguimos enfatizando la importancia de seguir las reglas”.
Las acciones europeas caían desde máximos de ocho meses según decrecía la euforia por el anuncio de Pfizer, mientras que los pobres datos económicos británicos aumentaban las dudas sobre otro brutal desplome.
“Los operadores están empezando a darse cuenta de que, aunque un medicamento tenga una tasa de éxito muy alta en las últimas etapas de los ensayos, el proceso para obtener la aprobación y su implementación puede llevar mucho tiempo”, dijo David Madden, analista de CMC Markets UK.
El jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que se necesita una vacuna con urgencia, pero Europa no puede permitirse el lujo de fiar sus esperanzas de un nuevo medicamento.
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