El malecón habanero sobre las 5 de la tarde de este domingo mostraba una aparente calma en cuanto a motivos climatológicos y al estado solitario de sus calles a pesar de que a esa hora estaba permitido el tránsito de automóviles y las lluvias ligeras eran un tanto escasas. En nuestro recorrido nos tropezamos con muy pocas personas.

Algún que otro dueño de paseo con su perro aprovechando la ausencia de chubascos, familias, grupos de niños no mayores de 12 años por las calles sin la supervisión de un adulto y oficiales de la seguridad atentos ante el deterioro del entorno y medidas necesarias a adoptar. No obstante, nos encontramos con drenajes tupidos cuando apenas ha llovido en La Habana.

También avistamos volúmenes de arena alrededor de alcantarillas que ayer, como bien constató esta reportera, fueron escarbados incluso con maquinarias, pero la tarea quedó a media, y como es de esperar cuando la fuerza del mar se agrave y el agua corra por las calles y remueva todo en el suelo será como si no se hubiera hecho nada y la inundación aparezca.

Que la temperatura fresca no nos relaje porque ante la llegada de un sistema tropical de este tipo la alerta debe imperar. Según el Centro de Pronósticos del Tiempo Eta provocará marejadas en el litoral norte occidental con inundaciones costeras de ligeras a moderadas en zonas bajas incluyendo el malecón habanero y oleaje en el resto de la costa norte.

La situación no es para confiarnos, pues en la capital nos encontramos a la espera de lluvias que pueden llegar a ser intensas desde esta noche. Además, con el desplazamiento de Eta sobre el mar en el estrecho de la Florida, esta puede llegar a intensificarse con posibilidad de convertirse en huracán. Ahora mismo, frente a Eta: prudencia.