Muchos en las redes sociales comparten por estos días sus caricaturas, y medios de prensa de varias provincias solicitan su cooperación para complementar el mensaje que quieren trasmitir en sus textos, porque Osvaldo Gutiérrez Gómez (Osval), el fotorreportero de la corresponsalía de la Agencia Cubana de Noticias en Ciego de Ávila, anda siempre con el ojo aguzado y la pluma en ristre para graficar lo que sucede a su alrededor.

Por estas jornadas en que la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la enfermedad COVID-19, envuelve al mundo en una batalla campal por la vida, Osval es uno de los trabajadores de la prensa cubana que anda siempre en la primera línea para dejar constancia con su cámara de lo que ocurre en los centros de aislamiento, en el pesquisaje comunitario o la producción de alimentos.

Y con la entrega que exigen los tiempos, también se crece como reportero integral y asume otras funciones, realizando entrevistas y acudiendo a los lugares de mayor riesgo para proteger a sus colegas que están en desventajas de salud.

Pero ni en las peores circunstancias deja de regalarnos sus caricaturas cargadas de costumbrismo, sátira política y, sobre todo, mensajes educativos que nos hagan reflexionar y cumplir las medidas que orienta el país.

El humor, explica, es un recurso válido para cualquier situación siempre que se haga desde la ética y la seriedad y hoy la posibilidad de publicarlo, y de que miles de personas lo compartan es un privilegio enorme.

Señala que esta pandemia lo ha hecho, como a muchos, acuartelarse más en su hogar, lo cual le deja más espacio para la creación, a la vez de sentir esa necesidad de decir y de opinar sobre lo que vivimos.

Como caricaturista, argumenta, tenemos que estar informados porque es la mejor herramienta que se puede tener cuando realmente tratas de opinar o graficar lo que sucede.

“Yo leo y después empiezo a imaginar escenas de cualquier tipo y eso me lleva a una o a varias posibles caricaturas… a veces funciona que la idea llega sin tanta búsqueda, incluso hasta en una cola, pero hay que pulirla en casa.

En ocasiones comparto con mi familia para ver hasta qué punto logro el objetivo de sacar una sonrisa o una reflexión. A veces pienso que se agotan las ideas, pero al siguiente día vuelven a rondar mi capacidad creativa y tengo que tomar otra vez el lápiz y dibujar”.

Multipremiado en eventos internacionales, nacionales y provinciales como la Bienal Internacional del Humor en San Antonio de los Baños, Salón Internacional de Humor Gráfico en Santa Clara y los premios Juan Gualberto Gómez, de la Unión de Periodistas de Cuba, Osval tiene la capacidad de mostrarnos la realidad desde otra perspectiva.

Hoy, dice, lamentablemente en Cuba se ha perdido la caricatura editorial, se sigue usando para llenar vacíos gráficos y no como una herramienta poderosa de comunicación, que llega con facilidad a cualquier lector.

Su carácter jovial y ocurrencias de buen cubano lo hacen ser muy solicitado en las coberturas periodísticas por sus compañeros del gremio, que admiran su flema y aparente ecuanimidad ante los mayores imprevistos.

Ojalá mi trabajo sirva de cierta manera para salvar a alguna persona, para llamar a cuidarnos, a mejorar como seres humanos, si eso se logra creo que seguiré haciendo dibujos que hagan reír y reflexionar.

Mientras apreciamos las fotos de sus coberturas periodísticas, esperamos sus próximas creaciones con la certeza de que la historia de la COVID-19 también será contada a través de las caricaturas de Osval.