Casi un millar y medio de casos y 18 muertos por coronavirus en Florida
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La cifra de muertos por el COVID-19 aumentó hasta 18 y el número de casos detectados se acerca al millar y medio (1.412) en Florida, cuyo gobernador, Ron DeSantis, pidió al presidente Donald Trump que declare la situación del coronavirus en este estado como "desastre mayor".
Mediante una carta, DeSantis pidió al mandatario fondos adicionales para ayudar con el desempleo, ayudas para comida, asesoramiento sobre la crisis o préstamos comunitarios para desastres, ya que los 208 millones de dólares que el estado planea gastar en esta crisis no serán suficientes.
Según las últimas cifras facilitadas por el Departamento de Salud de Florida, actualmente hay 1.008 personas pendientes de los resultados de sus pruebas por coronavirus y 13.127 personas examinadas no han dado positivo.
Por el momento, no se ha declarado la cuarentena a nivel estatal, pero son varias las voces que llevan varios días reclamando al gobernador que haga algo al respecto, como la congresista Debbie Mucarsel-Powell, que este martes indicó que la declaración de desastre mayor "no es suficiente".
"La crisis del COVID-19 solo irá a peor si el estado de Florida no declara una orden para estar en casa. Sin una medida crítica, el virus se expandirá. Una declaración de "desastre mayor" no afronta la raíz del problema. Escuchen mi recomendación", dijo en Twitter la congresista.
En este sentido, algunas ciudades del sur de Florida, que es la región más afectada por el virus, ya han comenzado a tomar sus propias medidas como en Miami Beach, que desde hoy a mediodía ha declarado la orden "más seguros en casa".
El alcalde de esta ciudad, Dan Galber, ha ordenado a sus residentes "limitar todas sus actividades fuera de casa más allá de las absolutamente necesarias" para protegerlos ante el riesgo de contagiarse.
"Todas las reuniones públicas o privadas fuera del lugar de residencia sin importar el número de personas quedan prohibidas, salvo aquellas para actividades esenciales", señaló el alcalde en un comunicado.
Por tanto, los ciudadanos podrán ir comprar cosas de primera necesidad, acudir a los centros sanitarios, acudir a los restaurantes para recoger comida para llevar o al banco.
También están permitidas las actividades recreativas al aire libre en zonas que no estén cerradas, así como las actividades religiosas en las que se mantengan la distancia de seguridad entre los participantes.
Sin embargo, el gobernador, afín a Trump, rehúsa por ahora a establecer el encierro obligatorio, como lo han hecho los estados de California y Nueva York, los mayores focos del COVID-19 en Estados Unidos, al considerar que es "contraproducente".
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Lorenzo Daniel
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