Mundial de Nur Sultán: Borrero y Pino, con autoridad de podio a Tokio (+ VIDEOS)
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A veces las personas subestiman un rendimiento en un Campeonato Mundial por el mero hecho de que no se alcanzaron medallas. Por estos días transcurre el de lucha en la Arena Barys de Nur Sultán, Kazajstán, donde más de un millar de gladiadores, en representación de 101 países, se dieron cita sedientos de un metal y buscando colarse entre los seis primeros de cada división para enrumbar a los Olímpicos de Tokio.
El estilo clásico ya vio caer el telón de sus hostilidades, y con cuatro efectivos Cuba logró par de boletos olímpicos, por intermedio del extraclase Ismael Borrero (67 kg), dorado por segunda ocasión, ahora en su nueva categoría, y lanzando nuevamente candidatura al cetro olímpico en tierras del Sol Naciente, y el gigante capitalino de los 130, Oscar Pino, plata al ceder 1-3 frente al turco Riza Kayaalp en la final.
Hablamos de que los comandados por Raúl Trujillo se colocaron, además, en la octava plaza por colectivos, pues a los 25 puntos aportados por Borrero y los 20 de Pino se sumaron ocho de Daniel Gregorich (87 kg) y cuatro de Gabriel Rosillo (97), para redondear 57 y escoltar por ese orden a Rusia (132), Uzbekistán (80), Georgia (79), Irán (75), los anfitriones kazajos (72), Japón (65) y Hungría (64), todos con mayor representación que nuestra armada.
Además, esa ubicación nos permitió inscribirnos a la Copa del Mundo del próximo año, un excelente termómetro preparatorio previo a la cita bajo los cinco aros.
Hurgando un poco más profundamente, hallamos que los antillanos exhibieron un excelente balance global de 15 duelos ganados y solo tres perdidos, lo que en ese nivel excelso se cataloga de contundencia sobre los colchones.
Lamentablemente, los victimarios de Gregorich y el debutante Rosillo, a razón del uzbeko Rustam Assakalov (4-0) y Mohammad Hadi Saravi (5-4), respectivamente, no continuaron avanzando en el organigrama. En el caso de Rosillo, la inexperiencia y un desliz táctico, le pasaron factura en un pleito que dominaba por 4-0. Antes había materializado dos victorias.
Gregorich consiguió tres sonrisas antes de sucumbir, pero en su caso, amén de que su performance fue aceptable, cabe destacar que en marzo de este año fue intervenido quirúrgicamente y eso derivó en un impasse en los colchones.
Dos ases a tiro
Hablar de Ismael Borrero en el máximo contexto de la lucha universal es referirse a un gladiador de sumo respeto. Recuerdo que, en febrero, en una conversación que sostuvimos, me manifestó:
“Hasta ahora me siento inconforme con mi rendimiento en los 67 kg. El año 2018 pude imponerme en Barranquilla, pero las demostraciones al máximo nivel no fueron las que hubiese querido. No es sencillo adaptarte a una nueva división aun cuando técnicamente eres un luchador de recursos.
Acá para tirar o realizar cualquier movimiento con efectividad necesitas combinar la técnica con fuerza y explosividad. Siento que todavía no he alcanzado los niveles de fuerza idóneos y sobre ello estoy trabajando con seriedad. Complementándolo con ejercicios para elevar la resistencia de la fuerza y otras capacidades que me permitan mantener un nivel parejo en los dos periodos de combate. Administrarme mejor, ganar en preparación de acciones, controlar a rivales que desde el mismo comienzo del combate te exigen más…
He afrontado algunas irregularidades también debido a que mi mamá tuvo problemas de salud y eso se convirtió en una lógica prioridad. Ya está mejor por suerte, y en lo adelante pienso ponerme de a lleno nuevamente para la lucha. A ver si en el Mundial puedo tener un rendimiento que me permita clasificar s los Juegos Olímpicos de Tokio y luego allí buscar mi segunda medalla”.
¡Al menos ya la primera parte la cumplió con creces!
En su ruta al oro desbancó por idénticas superioridades técnicas de 9-0 al iraní Hamed Tab y el rumano Mihai Mihut; luego sentenció por esa misma vía 11-0 al curtido germano, tres veces rey a estas instancias, Frank Stabler; su víctima en cuartos 3-1 fue el rocoso sudcoreano Ryu Han-Su, doble as del orbe; y en semis batió 6-2 al egipcio Mohamed Ibrahim El-Sayed.
Su duelo decisivo con el ruso Artem Surkov se antojaba campal, máxime cuando el europeo era el campeón defensor y por si eso no bastara doble bronceado en Las Vegas 2015 y París 2017. Borrero no creyó en su historial y con mezcla de maña, fidelidad táctica y provecho de su desbalance en cuatro puntos, le hizo hincar la rodilla 3-1.
Nada, que el indómito sigue demostrando que siempre hay que contar con él. Dejó en el camino a tres reyes universales y se convirtió en el séptimo doble monarca Mundial de la Mayor de las Antillas.
Le preceden Wilber Sánchez y Raúl Martínez, y los libristas Alexis Vila, Alejandro Puerto y Raúl Cascaret. Mijaín López tiene cinco pergaminos y completa la distinguida relación.
Oscar Pino:
Su ruta fue igualmente pedestre. Abrió con superioridad de 9-0 a costa del indio Naveen Kumar; siguió con un cerrado 2-1 sobre el estonio Heiki Nabi, quien posee el aval de ser cuatro veces medallista mundial, incluidas sus coronas en Guanzhou 2006 en 97 kg, y Budapest 2013, además de subtitular olímpico en Londres 2012.
A continuación, doblegó al kirguizo Murat Ramonov 6-4 en un pleito durísimo, y el iraní Amir Gashemi fue su víctima de semifinales 6-2. Nuevamente el destino lo ponía cara a cara con el turco Kayaalp, pero se repitió la historia: el otomano se impuso 3-1 para “engordar” una hoja de servicios que incluye tres coronas (2017, 2015, 2011), dos platas (2014 y 2013) y un par de bronces (2010 y 2009).
Además, ha sido el único capaz de derrotar a Mijaín López en dos finales a este nivel, por esas casualidades de la vida, previo a los Olímpicos de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. Sobre su rendimiento Pino expresó vía electrónica:
“Organigrama complejo, abrir la competencia frente al indio estuvo bien para romper el hielo. Luego se fue elevando el techo con Heiki Nabi, un luchador de mucha trayectoria y resultados. Los combates fueron bien tensos algunos, como ante Nabi y el kirguizo.
La doble preparación me ha dado dividendos, me sentí bien fuerte, resistente, amén de que no me he fogueado mucho este año en el estilo greco, sí tuve la posibilidad de hacerlo en libre. Eso me dio más frescura, me sentía muy ágil y bien coordinado de piernas en todas las peleas.
Con Riza ya me había enfrentado. Mijaín me corrigió algunos errores y siempre estuvo pendiente con su experiencia a cada detalle de mis peleas, esos de los que casi nadie se percata. Analizamos sus últimas peleas y con eso entramos al colchón, para no ponerle las manos arriba ni permitirle desarrollar su volteo. Hacer que no fluyera su plan táctico para incorporar nuestro ritmo de pelea.
Nos mantuvimos muy reñidos, batallando con todo hasta que consiguió un pase atrás que marcó la diferencia".
Visiblemente agotado Pino respondió las interrogantes de CubaSí, luego de dos jornadas de intensidad suprema. Yo en lo personal, muy contento con su rendimiento, pues sumó esta plata a sus bronces en las dos últimas ediciones.
Cuba continúa en la lid con las féminas, ya eliminada Yusneylys Guzmán (50 kg) y Lienna de la Caridad Montero con posibilidades de reeditar su bronce de la versión precedente. Confiemos en que pueda materializarlo. Nur Sultán atestigua lo mejor de la lucha en este 2019. Tokio aguarda. Cuba deja su impronta, al menos entre clásicos lo hizo.
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