Cuba, entre el libro impreso y digital
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Es una realidad que funcionarios y especialistas del sistema editorial debatieron durante dos días en la occidental provincia de Pinar del Río, preocupados por una posible crisis de papel que pudieran generar las nuevas dificultades económicas de la isla.
Juan Carlos Santana, vicepresidente del Instituto Cubano del Libro, lamentó que muchos creadores asuman posiciones reacias al libro digital, que ha logrado en el mundo un mercado gigantesco.
La escasez de papel que sufre la industria editorial cubana se contrapone a la enemistad de los escritores con el libro digital, algo que editores, correctores, comerciales y directivos de este universo ven como contradicción inexplicable.
«Lo que tenemos que hacer es aprender de ese mercado, de esa posibilidad, de esa producción. Me parece absurdo que tantos autores cubanos se sigan colocando de espaldas a un mercado que se impuso en el mundo y al que las editoriales cubanas no logran entrar», opinó Santana.
El vicepresidente del Instituto Cubano del Libro alertó sobre la posibilidad de una próxima feria del libro de La Habana deprimida si no se aprovecha este momento para evolucionar el formato digital.
Otra de las contradicciones debatidas fue la cantidad de teléfonos celulares en manos de cubanos, la tendencia creciente a la lectura digital y la mirada que la mayoría de los escritores siguen poniendo en las páginas impresas.
Si en la Isla hay medio millón de líneas activas, debería ser natural estimular la producción digital de literatura, concluyeron especialistas y funcionarios.
Ahora falta que los escritores cubanos, que parecen representar la mayor oposición, acepten el rápido cambio de libro impreso en digital y comience entonces en verdadero mercado de esa modalidad moderna de leer.
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