Luciano DJ en La Habana: Conectar con el público (+VIDEOS)

Luciano DJ en La Habana: Conectar con el público (+VIDEOS)
Fecha de publicación: 
23 Enero 2019
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Calificó el hecho de venir a Cuba como una necesidad perenne. Pisar La Habana, andar con desenfado y deleitar a todos los amantes de la música electrónica en la Piragua, con el Malecón como cómplice oyente y testigo, constituyeron para el DJ Luciano, uno de los más reconocidos Dj latinoamericanos en el entorno mundial motivos de realización, a tal punto que hasta deseó tatuarse en su piel un recuerdo de esta efímera pero emotiva visita.

Con 22 años de andadura en este apasionante mundo musical, Lucien Nicolet (Montcherand, Suiza, 24 de febrero de 1978), de origen chileno y con despegue profesional en ese país latinoamericano; amante del ambiente familiar, sus cuatro hijos y la quietud que le proporciona su apacible morada en Bossey, Suiza, dialogó con CubaSí en el corazón de La Habana Vieja, específicamente en el cuartel general de la prestigiosa cofradía de tatuadores conocidos como la marca:

“La historia de visitar Cuba siempre ha sido un sueño desde pequeño, en mi afán de conocer. Quería descubrir la historia de la Isla y su fortaleza musical. El haberlo materializado le pone el cuño a una ilusión, además de la posibilidad de ofrecer un concierto y mostrar mi música”.

¿Qué le ofreciste a los oyentes en la Piragua?

“La música que hago no es radial ni de tele, proviene de una cultura bien underground, nutrida con influencias de todas partes y esencialmente concebida para bailar y pasarla bien. Eso intenté, ser fiel y honesto con mi propuesta, con muchos ritmos y melodías de Latinoamérica y mostrar esa organicidad a través de una presentación genuina. Llevamos 22 años brindando esta música en disímiles rincones del planeta y hasta ahora creo ha funcionado”.

¿Cómo has hecho o cuál es la fórmula para mantenerte durante tanto tiempo en la preferencia de públicos disímiles, de diferentes latitudes?

“No tengo una fórmula. Me inicié siendo guitarrista y odiaba entonces la música electrónica. No me llamaba la atención por mi formación acústica hasta que descubrí que con las máquinas podía reemplazar otros instrumentos y podía convertirme en un hombre orquesta.

Jamás pensé que cuando comencé a tocar en Chile y me ofrecían tocar por ahí en algunas fiestas y clubes ese sería mi camino profesional. Me lo pasaba súper bien, lo veía como un hobby. De una tocata trataba de multiplicar mi alcance. Así lo he venido haciendo durante más de 20 años.

Mi primer viaje internacional serio fue en 1997 en Perú. Poquito a poquito he llegado hasta el día de hoy, tratando de hacer sentir y bailar a la gente.

Se trata de pasarlo bien. El que no tenga letra te posibilita conectar a personas de cualquier parte del mundo, el sentimiento está en la sonoridad”.

¿Qué define tu estilo?

“Siempre he tratado de ser fiel a mis influencias y a mis raíces. Escucho mucha música acústica, latina, Jazz, que hurgue en nuestras raíces. Es mi lenguaje para expresar y conectar con los diferentes públicos.

Con años de experiencia acumulada te diría que es difícil resumir mi carrera a uno o pocos momentos. Lo más bonito ha sido descubrir el mundo. Darme cuenta y pulsar la reacción en cada sitio. Luego hay cosas muy significativas, como esta visita a La Habana, Cuba, desde ya anotada en la caja de cosas preciosas que acumulo en esta vida.

¿Te ha sucedido que a tono con las influencias o tradiciones de determinado sitio has moldeado o tenido que variar tu propuesta musical?

“Eso lo intento siempre. Llego a un sitio de habla hispana intento introducir mensajes en español. En los intermedios de las tocatas paso algunas cosas grabadas. Tengo seis canales y eso me permite estar todo el tiempo cortando y haciendo edición en tiempo real. Obviamente una de mis armas para conectar con el público es precisamente eso: entregarles un pedacito de lo que yo me conozco de su cultura fusionado con mi cultura. Ese es el puente que intento trazar siempre entre dos mundos. Eso hice para entrar en confianza en La Habana.

Una experiencia peculiar me sucedió en Brasil. Imagina un país con semejante cultura musical y esa variedad de ritmos. La primera vez, mientras más percusivo y sentimiento le ponía al asunto, menos enganchaba al público… por suerte fue solo esa vez. Es importante poseer capacidad de moldearse y reaccionar ante lo inesperado. Cuando ese es el mensaje, debes vestir el traje del camaleón…”

¿Los públicos asiáticos más complicados a la hora de conectar?

“Qué bueno que tocas ese punto. La primera vez que fui a tocar a China hace unos 15-16 años llegué a Beijing y en ese entonces no conocía casi nada de la cultura asiática. Llego a la sala, con poco más de 1 200 personas, me pongo a tocar, empiezo mi rollo en la mesa y en cinco minutos se me vació la sala. De pronto pensé: este rollo no le gustó a nadie.

Me decía un chico de ahí que bueno y que todos súper contentos. Salí a beber un tequila y en unos pasillos laterales llenos de puertas descubro varias habitaciones en las que estaban todos metidos con una pantalla gigante, bailando y bebiendo y súper conectados con mi música.

Sucede que la gente en China está acostumbrada a disfrutar de los conciertos de esa manera, en esos salones VIP. Por suerte eso también sucedió una sola vez. Luego he estado en Japón, Hong Kong, Sudcorea y el público asiático es realmente sorprendente y conocedor, a pesar de las especificidades de cada país".

¿Exponentes del género que te cautiven actualmente?

“Especialmente me fijo en el progreso musical, fundamentalmente en Europa, con la evolución del Techno, la House, hasta lo que se realiza hoy día mucho más orgánico. Latinoamérica, por ejemplo, ha crecido mucho en el género en los últimos cinco años. Argentina, Chile, Perú, Brasil… otro elemento importante es la conexión entre los exponentes y los festivales que se han venido gestando.

Por ejemplo, uno de los que más me llama la atención actualmente es Perro Chinelli, un chico de Rosario, Argentina que es muy talentoso. Se sustenta en un house electrónico muy orgánico, con influencia de sonidos latinos. Las influencias de los sonidos van con el sitio en los cuales se gestan o se producen. Eso igualmente me cautiva.

¿Mensaje?

“Intentar siempre hacer música del alma, como una representación de la música nativa latina, con mensajes un tanto más profundos. No se trata de replicar lo que esté de moda. Hay que de alguna forma “vomitar” las raíces de donde uno nació y creció. Esa es una de las esencias, lo que hace la diferencia, buscar el camino a través de lo genuino”.

Así culminó la primera parte de nuestro diálogo, con Luciano visiblemente motivado por su estancia y performance en nuestro país.
Otros detalles relevantes transcurrieron mientras recorría impresionado las instalaciones de La Marca.

La huella de Cuba grabada en su piel, así como la sencillez de su diálogo, con la amistad de mi colega Michel Hernández y Leo mediante.

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