Senador Marco Rubio, ínfulas de grandeza y obsesión anticubana (I)
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La llegada al poder del presidente norteamericano, Donald Trump, dio paso a una etapa de debilitamiento del Departamento de Estado, y en ese contexto el senador Marco Rubio consiguió protagonismo para rediseñar la política hacia Cuba.
El estilo del otrora director ejecutivo de la petrolera ExxonMobil como jefe de la diplomacia norteamericana, Rex Tillerson, provocó un drenaje de funcionarios con experiencia y un aumento de responsabilidades interinas para la mayor parte de los niveles de dirección dentro de la entidad federal.
Según diplomáticos y analistas, dicho departamento dejó de ser la institución, más o menos activa, que proponía iniciativas de política exterior en un sin número de asuntos.
Poco a poco, la Casa Blanca fue imponiendo su supremacía a través del Consejo de Seguridad Nacional en los temas de la agenda a nivel foráneo.
El tiempo que Trump no pasaba defendiéndose de las acusaciones de la supuesta colusión de su campaña electoral, lo dedicó a exigir mayores responsabilidades a los países europeos dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Asimismo, se centró en denunciar el acuerdo nuclear de Irán con seis potencias mundiales, incluida Estados Unidos, el cual finalmente decidió abandonar en mayo último, y en buscar un éxito tangible respecto a la República Popular Democrática de Corea.
Todo eso lo acometió el gobernante republicano, de acuerdo con diversas fuentes, sin pedir borradores a subordinados ni escuchar la opinión de expertos.
Poca atención destinó a América Latina en los primeros meses del gobierno, como no fuera para continuar las sanciones contra Venezuela y preocuparse por la salud de la democracia, bajo los criterios aviesos de Washington, en Nicaragua.
Entonces Rubio fue ganando acceso a la oficina del presidente, quien le cedió todo el espacio para en principio establecer cambios en la posición hacia Cuba, después del acercamiento bilateral con la administración predecesora al cual se opuso el legislador.
¿Cuáles fueron las razones para actuar así? y ¿qué pudo pedir el presidente a cambio?
Rubio podría significar un voto de apoyo a Trump en el Comité de Inteligencia del Senado, el cual era de utilidad ante los posibles desenlaces contra el presidente de la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la presunta interferencia de Rusia en las elecciones de 2016 y la mencionada colusión.
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