JOVEN Y ARTISTA: Yadira Pintado, una mujer que defiende el rap cubano

Los prejuicios prevalecen y sobresalir parece ser una tarea ardua, pero gratificante cuando los logros son visibles. Al menos, así lo corrobora Yadira Pintado Lazcano, una de las integrantes del dúo La Reyna y La Real, que lleva un tiempo «quemando el arroz» en los medios de comunicación del país e, incluso, en Estados Unidos, cuna de este género de raíz urbana.

Recientemente, La Reyna y La Real asistió al Festival Artes de Cuba, en el Kennedy Center, en Washington D.C. ¿Cómo fue la experiencia de presentarse en un país con una gran tradición de hip hop?

«Cuando Yohana Grass, la productora del evento, nos dijo que participaríamos en el Festival Artes de Cuba en el Kennedy Center, en la capital norteamericana, casi no lo creímos. Sabíamos que el festival tendría una gran repercusión y nuestra principal meta era defender la música cubana. Muchos dudaron que realmente fuésemos a tener éxito, porque íbamos a interpretar un género originario de Estados Unidos. O sea, íbamos a bailar a casa del trompo.

«Muchos pensaron que no tendríamos nada nuevo que mostrar. Sin embargo, la presentación fue muy buena, la aceptación fue amplia, y supimos mostrar nuestra cubanía. Realmente fue una gran oportunidad para nuestra carrera porque Estados Unidos es un mercado muy amplio para los músicos y todo el tiempo estuvimos muy emocionadas».

¿Siempre te ha interesado el rap?

«Yo siempre sentí inclinación por este género y jamás pensé en los obstáculos que se me podrían presentar por el camino. Simplemente me lancé a hacer algo que me gustaba. Cuando uno se enamora de algo, lo primero que hace es obviar las limitaciones y hacer oídos sordos a las opiniones negativas».

¿Alguna vez asististe a una escuela de música?

«No, nunca estudié en una escuela de música. Mi formación es completamente empírica; pero sabía que el rap sería una fuente de inspiración para exteriorizar mi mundo interno y todo lo que pasa por mi mente».

¿Qué temáticas incluyen en sus temas?

«Muchas veces se percibe el rap como un género muy abocado a cuestiones políticas; pero nosotras preferimos abordar otras temáticas muy útiles también para la sociedad cubana, como las relaciones familiares, la rutina en cualquier barrio del país. Creo que es un género que se presta mucho para eso, a diferencia de otros».

¿Es difícil hacer rap en Cuba?

«Yo pienso que sí, porque es el género menos escuchado y no está muy difundido por los medios de comunicación, aunque muchas personas se sientan inclinados por esta sonoridad. Además, no deja mucha ganancia económica; por tanto, dedicarle tiempo conlleva el doble de sacrificio».

¿Ser mujer complica más aún esa realidad?

«¡Por supuesto! A veces nos cierran puertas, y eso se debe a los prejuicios que todavía existen en la sociedad cubana. Sin embargo, nosotras tratamos de pasar por encima de ellos».

¿Por qué las composiciones de ustedes tienen un sello marcadamente feminista?

«Porque nos interesa reflejar el papel de la mujer en la sociedad cubana, con sus aciertos y desaciertos. Me parece que hacer eso es sumamente importante. Reflejar el papel de las féminas es una necesidad, y debe hacerse con mucha fuerza.

«Nosotras hemos participado en festivales de corte feminista y eso nos ha llenado de orgullo. Por ejemplo, participamos en el Segundo Festival de Hip Hop Femenino Márgenes, en Holguín. También asistimos hace varios años al festival Ellas crean, organizado por la embajada de España en Cuba, donde nos presentamos con un formato netamente femenino que nos permitió compartir escenario con Isis Flores y otras artistas. También estuvimos en el festival Love In, cuya sexta edición estuvo dedicada a la mujer. Además, hemos estado en el Havana World Music, lo cual ha sido una experiencia fenomenal».

El popular tema Que se queme el arroz puede ser un buen ejemplo de ese afán por resaltar el valor de la mujer en la sociedad.

«Estoy de acuerdo. Con esa canción quisimos que se defendiera a las mujeres que casi no pueden salir a divertirse por estar haciendo las cosas del hogar. Al principio no me gustaba mucho el coro, porque a mi entender no decía nada: “Voy bajando, y que se queme el arroz”. Tenía miedo por la reacción del público, pero finalmente entendí que era una frase con mucha pegada. Por suerte, ha gustado mucho y no pocos hombres se han sentido identificados con la canción.

«Ese tema forma parte del CD Miky y Repa, licenciado por el sello discográfico Tumi Music, del Reino Unido. Estuvimos casi tres años produciendo este material que en un inicio era muy variado musicalmente, pero la disquera nos pidió que asumiéramos un camino más rapero y sustituimos ocho temas».

Sin embargo, ustedes han logrado fusionar el rap con otros géneros.

«Al principio de la carrera, nuestro productor, Moisés Witaker, nos dijo que podíamos hacer algo distinto a lo que se estaba haciendo en el mundo del rap. La idea nos pareció buena y descubrimos que podíamos fusionar el rap con otros ritmos. Eso ha sido extraordinario, pero un poco difícil. Creo que nuestra meta está en seguir innovando y llevarle al público una música con la que sientan identificados y lleve a la reflexión y al disfrute».