Somos D’Cuba no solo por el nombre

Somos D’Cuba no solo por el nombre
Fecha de publicación: 
30 Octubre 2019
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Es la segunda vez que conversamos con el líder de la joven agrupación D’Cuba, y no por casualidad ha sido siempre en medio de actividades de la Red de Artistas Súmate por Una Vida sin Violencia. El origen de esa vocación solidaria y humanista lo tiene muy claro este músico novel:

«Yo creo que sale de la misma educación que hemos tenido todos los cubanos, pues los temas sociales en un país como Cuba repercuten mucho en la gente, en la sensibilidad, porque somos un país muy sensible; entonces, todo el que pudiera sumarse a una causa como esta, yo creo que debiera hacerlo; fue lo que hicimos nosotros hace ya alrededor de dos años».

En esta ocasión, se trata de la Semana de Lucha contra el Cáncer de Mamas, pero para Miguel el compromiso va mucho más allá de las jornadas rosa: «El discurso social, cuando uno quiere que las cosas estén mejor, cuando es positivo, yo creo que no hay ni siquiera que sumarse a nada, debiera ser lo normal. En la música, en un tiempo como este que es tan fuerte, tan agresivo a veces, en ideas y en formas de hacer las cosas, yo creo que hace falta todo el que tenga esa sensibilidad por dentro de dedicar su trabajo a causas sociales y aportar un poco más a todos los que están trabajando alrededor de que nuestro país esté mejor».

Sobre su banda, D’Cuba, que cumplió en agosto tres años, comentó: «En este tiempo ha habido cambios en el formato, pero desde que empezamos estamos trabajando en el primer disco. Nos hemos tomado un tiempo bastante amplio, porque estamos definiendo muchas cosas del sonido de la banda y realmente no nos hemos apurado. Acabamos de firmar con la Egrem y estamos preparando dos videoclips».

Ya el fonograma está en fase de mezcla y masterización, pero aún sin bautizar: «A veces uno se apoya mucho en el nombre del disco para hablar del concepto general, pero todavía no tenemos definido un nombre, creo que será lo último, pero va de felicidad, de reflexionar un poco, sin grandes pretensiones, simplemente mostrarle a la gente una forma mía como compositor y de la banda en general, de ver situaciones de la vida cotidiana. Habla mucho del amor el disco, de cómo nos sentimos; habla mucho de estos tiempos».

Lo que sí nos puede asegurar Miguel es que en esta producción «va a haber un poquito de todo, teniendo en cuenta, primero, que hay tres featurings: uno con Omara Portuondo, que es como un bolero, con la voz de Omara, que es lo más lindo de este mundo; tenemos un tema con Kelvis Ochoa, que está más cerca de la sonoridad de la banda y es un hermano que queremos mucho, y tenemos un tema también con el tren de la música cubana, con Van Van, que ahí nos salimos nosotros un poco de nuestra zona de confort y nos metemos en una camisa bastante grande con Samuel Formell, a quien quiero muchísimo, y con toda esa banda hermosa que son los Van Van».

Esta variedad se traduce, por supuesto, en sonoridades y ritmos: «Hay un poco de reggae, pop... Yo vengo de la trova, hay muchos textos que tienen que ver con mis más directas influencias, de Jorge Drexler, de Fito, Silvio, Pablo, Carlos Varela, con todo el respeto del mundo. Musicalmente, tiene que ver con muchos de los fenómenos que han pasado en Cuba, desde Habana Abierta; tiene mucho que ver con el pop rock y suma géneros caribeños, salsa, timba…»

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Miguel Díaz-Canel Villanueva estudió Artes Plásticas en la Academia de San Alejandro, tuvo algunos acercamientos a la guitarra en la infancia, pero el interés por la música viene de casa. Afirma:

«Un poco por mi hermana, que sí estudió canto. También en la casa siempre había música, todo el tiempo: Silvio todo el tiempo, Los Beatles todo el tiempo, Carlos Varela, Santiago Feliú… Yo creo que por ahí viene, porque estuve toda mi niñez escuchando todos los discos de Los Beatles así, repetitivamente, y ahora se lo agradezco mucho a mi papá, que es un Beatle maníaco descomunal».

Si algo se hace, mucho y bien, en Cuba, es música. Cada día son más los proyectos que buscan un lugar en esa amplia gama de propuestas y cada una, por supuesto, trata de hacer la diferencia, establecer un sello de identidad: «Nos gustaría que fuéramos identificados, sin ningún tipo de pretensión, como una banda de su tiempo. Estamos cantándole a mi generación ahora mismo.

«No nos enmarcamos en un género específico porque no va a ser verdad. A mí me gusta coquetear a veces con muchos géneros, siempre con respeto, claro. Por ejemplo, la timba; aunque ninguno en el grupo es timbero, nos encanta porque es nuestra y la fusionamos. Nunca se va a oír como un grupo de timba, pero somos de Cuba no solo por el nombre».

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