Mundial de Atletismo: Juan Miguel y el bronce de la inconformidad

Mundial de Atletismo: Juan Miguel y el bronce de la inconformidad
Fecha de publicación: 
28 Septiembre 2019
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Imaginen ustedes, para comenzar estas líneas, que el salto dorado de 8.69 metros del jamaicano Tajay Gayle lo colocó en el noveno escaño entre los registros de todos los tiempos, encabezado por el estadounidense Mike Powell (8.95) y precisamente entre los cubanos Iván Pedroso (8.71) y Juan Miguel Echevarría (8.68).

Juan Miguel (8.34-bronce) recibió la bandera en el Khalifa International Stadium, posó para la foto junto al dorado Gayle y el plateado norteño Jeff Henderson (8.39), pero su rostro denotaba inconformidad.

Quería más el joven camagüeyano de 21 años. Salía a buscar en cada salto, pero su verticalidad esta vez, y la llegada a la tabla no fueron las ideales. Regaló centímetros valiosos en cada ejecución, y no halló en su vuelo un floating que le hiciera devorar distancia en el tanque.

Su secuencia incluso (8.25-8.14-8.34-8.30-7.91-X), pudo haber sido merecedora de preseas en cualquier certamen, pero es bueno señalar que ha sido la definición más dura que recuerdo en casi una década. Al punto de que se produjeron 24 saltos por encima de la barrera de los ocho metros, y siete de los 12 finalistas superaron esa cota, con el español Eusebio Cáceres (cerrando el pelotón).

A eso le sumamos que el de la tierra del reggae hizo la competencia de su vida: 8.46 abriendo de forma intimidante, y el 8.69 contundente, en una secuencia de dos fouls y otras tantas renuncias, ya sabiéndose triunfador, fouls largos por cierto.
El discípulo de Daniel Osorio, enrumba la mirada desde este mismo punto hacia los Juegos Olímpicos de Tokio, y cierra el año con más de una docena de saltos por encima de 8.15 en escenarios competitivos internacionales de rigor.

Eso no fue lo único deslumbrante de la fecha sabatina. La final del hectómetro varonil, una vedette dentro del campo y pista en cualquier certamen, no defraudó toda el aura de su presentación y dejó una carrera extremadamente veloz, con el norteño Christian Coleman (9.76 segundos) en rol protagónico y de rey. Le secundaron su coterráneo Justin Gatlin (9.89) y el canadiense andre de Grasse (9.90).

Coleman se inscribió como el sexto hombre más veloz de todos los tiempos, dejando atrás sus 9.81 precedentes. Además, fue dominante en toda la línea, por lo que no dejó el más mínimo margen a sus oponentes. Ahora, además de tener una reacción y arrancada voraz, ha aprendido a correr el hectómetro y mantener su aceleración en pos de establecer un reinado en la actualidad. Ha sido tal su hegemonía en este 2019, que atesora cinco de la decena de tiempos top en el hectómetro.

En el caso de Gatlin, a sus 37 abriles demostró que es uno de los velocistas más encumbrados de la historia, alcanzando su novena presea en estas lides. Ahora en Doha, cinco de los ocho finalistas rebajaron los diez segundos, señal de que ciertamente fue una excelente carrera.

Otra definición soñada fue la de los 10 000 metros para damas. No solo por el hecho de que la holandesa Sifan Hassan finalmente le puso la guinda a su pastel de palmarés. ¡Y qué guinda! Crono de 20:17.62 minutos la convirtieron en monarca y líder anual, ante una oposición férrea. Tanto así que además de la etíope Letesenbet Gidey (30:21.23), otras diez fondistas estamparon sus marcas cimeras, incluidas las kenianas ocupantes de los puestos del tres al cinco.

Siguiendo la cuerda finalista otra exponente de Estados Unidos dominó el martillo. Hablamos de DeAnna Price (77.54 metros), superior a la polaca Joanna Fiodorow (76.35) y la china Zhen Wang (74.76).

Cuba vio accionar por intermedio de otros exponentes. Ni Rose Mary Almanza (2:01.18 minutos), ni Jorge Fernández (60.60 metros bien pobres por cierto), hicieron los deberes y lograron acceder a las finales respectivas de los 800 metros y el lanzamiento del disco.

En el caso de Rose Mary, otra vez fracasa en el umbral de una definición que vio colarse primera a la ugandesa Halimah Nakaayi (1:59.35), mientras Jorge no se acercó ni por asomo a sus 64.82 cimeros del año, y ciertamente no se parece a lo que fue en su retorno. Ahora, el fuera de serie sueco Daniel Stahl (67.88) lideró a los 12 agraciados que se medirán en la final.

Ese es el panorama mundialista en suelo catarí. Juan Miguel, con bronce agridulce, abrió el medallero para Cuba. Este domingo estaremos expectantes a las finales de la pértiga femenina y el triple varonil, además de las restantes pruebas convocadas.

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