Lo que pasa en Cuba cuando «la cosa se pone mala»

Lo que pasa en Cuba cuando «la cosa se pone mala»
Fecha de publicación: 
14 Septiembre 2019
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Estoy «evacuada» hace varios días en el Vedado porque la tirada de Víbora Park a las dos «céntricas» escuelas de mis hijos es larga y dura en los tiempos que corren, pero bueno, siempre hay una abuela que te salva.

Esto ocurrió el viernes 13 de septiembre:

Salgo temprano, directico a la piquera de 5ta. y D. El chofer del rutero 8 que me tocó nos aconseja: regresen temprano, si pueden, que hay poco combustible. Mi compañero de viaje le responde: tranquilo, en el trabajo vamos a ir saliendo según terminemos lo que nos toca, al menos por este mes; ya en octubre la cosa va a mejorar, ya el Jefe lo dijo.

Llego a la primera escuela y encuentro a una amiga co-madre (como co-pilota del vuelo más largo). Esta es la conversación:

—Niñaaa, ¿te tocó? ¿Cómo llegaste desde Playa? ¿Y la bicicleta?

—Mija, aquel (el súper esposo que pedalea a diario de Playa al Vedado para que la nena llegue a tiempo y sin estrujarse en un P algo) está con un dolor en una pierna. Oye, pero buenísimo, primero me dio botella un teniente coronel que me acercó a 41 y 42 y ahí, ¿qué te cuento?: dos policías, tres inspectores...

—Pero ¿y toda esa gente porque la cosa estaba revuelta o para ayudar?

—Claro, para ayudar a que el movimiento fluyera.

—¿Y fluyó?

—¿No me ves aquí? Eran fieras esas mujeres, lo paraban todo. Enseguida nos fuimos en una guagüita amarilla, súper bien.

—Ah, pues voy a poner todo eso en Facebook, para que cojan ejemplo en otros lugares.

—Pónlo, y que te lo dije yo...

Muy bien, será puesto: me lo dijo Lisandra. Y yo seguí para la segunda escuela con una alegría en el alma y un orgullo de haber nacido en el mismo país bloqueado, con dificultades y carencias, que toda esa gente que me alumbró la mañana.

La primera luz me la dio el muchachón en el rutero: se trabaja, se sigue trabajando, a pesar de todo, y hay confianza en el Jefe y en las soluciones que van llegando.

Luego, la solidaridad, la respuesta de todos y todas, el optimismo de mi amiga basado en hechos reales.

#ApretaditosPeroLlegamos, #PensarComoPaís, #AquíNoSeRindeNadie: todas las consignas devenidas hashtag en las redes sociales van en serio. Los que no nos quieren o no nos entienden se tendrán que aguantar, porque este pueblo, como buena familia, cuando la cosa está más mala, se aprieta, se acurruca y se fortalece.

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