Cristina, de una u otra forma

Cristina, de una u otra forma
Fecha de publicación: 
7 Septiembre 2019
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Si un tsunami de forro electoral no lo impide, Mauricio Macri recibirá la estocada final que le hará abandonar la presidencia de Argentina el 27 de octubre próximo, para dar paso a Alberto Fernández, quien lleva como compañera de fórmula a Cristina Fernández, una exmandataria eternamente calumniada, perseguida por todos aquellos que odian a la izquierda latinoamericana y que, en numerosas ocasiones, hace recordar a Eva Duarte de Perón.

Cristina ha dicho: “No tengo la culpa de haber nacido rica”, pero en su quehacer de dos períodos presidenciales, dentro de sus posibilidades, trató de hacer lo mejor para su pueblo.

Envuelta en seis causas por falsas acusaciones levantadas por la “justicia” del régimen para impedirle su postulación, ya ha deshecho cinco de ellas, mientras no amaina la campaña de odio desatada por los principales medios latinoamericanos, a lo que ella ha respondido:

“¿Saben qué? El odio, el agravio, la infamia, la calumnia, se los dejamos a ellos; nosotros nos quedamos con la Asignación Universal por Hijo, con las jubilaciones, con el matrimonio igualitario, con la ampliación de derechos, con los convenios colectivos de trabajo, con el mejor salario mínimo, vital y móvil de toda la historia, con la industria nacional, con las inversiones en infraestructura, con la educación, con las universidades, con los científicos, con las escuelas, con los chicos”.

Cae un sistema al que nadie, no se sabe bien por qué, llamó régimen. Medios, jueces, servicios de inteligencia y amigos del poder urdieron una trama siniestra que hizo de la persecución una política; de la calumnia, una herramienta; de la mentira, un insumo electoral; y del desprecio al pueblo, una ideología. Esto también, o principalmente esto, es lo que toca a su fin.

Lo que Macri escondía ha quedado a la intemperie. Los vicios de su rutina existencial han quedado al descubierto.

Todo indica que el próximo 27 de octubre tocará a su fin un espantoso experimento político, social y cultural. Existió la "grieta" en estos años, en este tiempo de sufrimiento popular.

Existió tal grieta porque el kirchnerismo, con toda legitimidad, insinuó tocar los puntos nodales del poder real en Argentina. Pero no fue el macrismo, en aquel infausto 2015, el que venció al kirchnerismo, sino una cierta inconsistencia del kirchnerismo la que permitió el triunfo del macrismo y su despliegue nacional como opción política.

En tanto, la fortaleza política de Cristina Kirchner sigue siendo el dato duro de la política argentina. Hay esperanza, aunque se aprestan tiempos duros. Si todo viene bien, como creo, habrá un mejor futuro para el pueblo de la nación suramericana.

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