Carnaval de La Habana: Las carrozas no se mueven solas

Carnaval de La Habana: Las carrozas no se mueven solas
Fecha de publicación: 
27 Agosto 2019
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En el carnaval, mientras las comparsas y sus piquetes, figurantes y bailarinas hacen sus evoluciones a la par que luces y coreografías igual roban la atención, en verdad son muy pocos los ojos que se posan sobre el conductor de una carroza.

Sin embargo, esas figuras anónimas resultan decisivas en un carnaval.

Que lo diga si no Ángel Luis, conductor de la carroza de Los Guaracheros de Regla, a quien CubaSí entrevistó a punto de comenzar el último día del Carnaval de La Habana.

Todavía este chofer de profesión residente en Campo Florido, Habana del Este, no sabía que los legendarios Guaracheros del poblado ultramarino -a cuyo 60 aniversario estaba dedicado este Carnaval de La Habana 2019 - recibirían durante el acto de premiación el Premio de Honor del Carnaval de La Habana y el Sello Aniversario 500 de la Villa de San Cristóbal de La Habana.

Pero de todas maneras, los 47 años de Ángel Luis estaba bien entusiasmados, como cada día de este carnaval, desde que el pasado 16 de agosto empezara esa fiesta popular, también dedicada al aniversario 500 de la ciudad y al centenario del Benny.

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La existencia de este profesional del timón transcurre habitualmente bien distante de músicas y luces. A bordo de su tractor se la pasa entre los surcos que trabaja la empresa agropecuaria Bacuranao, dedicada a la ganadería y cultivos varios, y reconocida el año pasado con la bandera de Proeza Laboral, que confiere la Central de Trabajadores de Cuba.

Pero desde hace unos cinco años –cuenta a CubaSí- los colores de su vida cambian cuando empieza el Carnaval de La Habana y la cruda luz del sol del campo cubano la cambia temporalmente por la de los reflectores y bombillas de la carroza que conduce, la cual es generalmente la de Los Guaracheros, dice.

«Me gusta mucho ese trabajo porque son Los Guaracheros y forman mucha fiesta. Disfruto el baile y la música, y me divierto mientras manejo la carroza».

Le pido que cuente lo mejor y lo peor que ha vivido en estos carnavales junto al timón y después de asegurar que lo mejor es manejar la carroza, comenta que «lo más complicado son las noches de insomnio que pasamos, nos estamos acostando sobre las seis de la mañana desde más o menos las cuatro de la tarde cuando empezamos».

«Es verdad que a veces hay sus rivalidades, sus broncas, pero eso es relativo, calientan bastante los muchachos. Pero, aunque pasen, yo no estoy loco porque se acaben los carnavales ni nada de eso. Por mí, que sigan todo el año».

De mucho bailar y poco decir, Ángel Luis refiere que, en comparación con carnavales anteriores, este ha sido más organizado, con más participación y «lo mejor que ha tenido son los grupos de bailarinas».

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«No, mi esposa no es celosa».” Ríe con risa clara y añade su apreciación de que «los grupos de baile están muy bien preparados».

Él no tiene que ver con el alistamiento de la carroza pero sí con la preparación del tractor que tira de ella y que brilla de limpio, como si fuera nuevo.

Ni una sola empañadura ensombrece el brillo de ese YTO-X904, «que siempre lo tengo en buena forma, limpiecito, y jamás me ha fallado, mucho menos en carnavales. Ahí está, dando la hora, y la seguirá dando el año que viene».

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Fotos: Jorge Luis Sánchez

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