China creará drones de combate con inteligencia artificial

“Queremos que (los drones) vuelen de manera inteligente, tengan una conciencia situacional inteligente, capaces de identificar objetivos y tomar algunas decisiones automáticamente”, dijo Li Yidong, diseñador jefe de los drones “Wing Loong II” en un programa de televisión emitido esta semana.

Los drones de hoy se operan de forma manual y remota desde estaciones terrestres, pero las señales están sujetas a interferencias causadas por los enemigos, y el avión podría perder su capacidad de combate, opina Wei Dongxu, un analista militar chino. Para este experto, el uso de la inteligencia artificial en los aviones no tripulados (drones) podría resolver el problema.

“La inteligencia artificial es un requisito fundamental para el desarrollo de los vehículos aéreos no tripulados de combate”, subrayó Wei Dongxu.

De acuerdo con Wei, dado que el tiempo de retraso se produce en el control remoto a largas distancias, los drones ahora tienen dificultades para enfrentar el combate aire-aire en el que las situaciones de batalla cambian muy rápido. Pero con inteligencia artificial, los drones pueden luchar usando su propio juicio y sin el retraso causado por la transmisión de datos, insiste el experto.

Para los analistas, los desarrolladores de inteligencia artificial también deben considerar el problema de seguridad, ya que los drones con esta nueva tecnología aún deben seguir estrictamente los comandos humanos y no tomar acciones no deseadas.

China se ha convertido en uno de los principales fabricantes de drones militares del mundo. Según analistas, Pekín ha intensificado su desarrollo armamentístico para ganar influencia a nivel global, en particular ante rivales como EE.UU.

En el desarrollo militar de China destaca la fabricación de drones de las más diversas características, pesados y ligeros, capaces de ejecutar diferentes tareas ante toda clase de situaciones.

Además de los países occidentales, la carrera de modernización militar de China también ha encendido las alarmas de algunos Estados de la región con los que Pekín mantiene disputas y reclamaciones de soberanía en el mar de la China Meridional.