Brutalidad policial es una causa de muerte de jóvenes en EE.UU.

Un estudio realizado por la Universidad de Rutgers, Nueva York (EE.UU.) publicado este sábado, revela que el asesinato policial es la sexta causa principal de muerte entre los hombres de 25 a 29 de años en Norteamérica.

Según esta investigación, el riesgo de que la policía mate a un afrodescendiente es aproximadamente 2,5 veces más que el de un hombre blanco. Las mujeres negras, también tienen 1,4 veces más la probabilidad de ser asesinadas por la policía que las mujeres blancas.

En este sentido, el autor principal de este estudio, Frank Edwards, ha declarado que el resultado de este estudio muestra que es algo esperado en EE.UU. “La desigualdad no es sorprendente”, ha afirmado Edwards que además es profesor asistente en la Facultad de Justicia Criminal de la Universidad de Rutgers.

“Todo lo que tiene que hacer es pasar a las noticias para ver que las personas de color corren un riesgo mucho mayor de daños relacionados con la policía (…) Lo que nos falta en este país son las estimaciones sólidas de muertes relacionadas con la policía porque no hay una base de datos oficial donde se almacene esta información”, ha declarado el científico al respecto.

Del mismo modo, este estudio demuestra que los latinoamericanos también son víctimas del asesinato policial en EE.UU. así que, para un latinoamericano, la probabilidad de ser abatido por la policía en EE.UU. es 1.5 veces más que un ciudadano norteamericano.

La brutalidad de la Policía de EE.UU., sobre todo, contra afroamericanos y personas de otras minorías, ha convertido el país en escenario de masivas protestas y ha sido objeto de críticas de diversas organizaciones pro derechos civiles.

De acuerdo con un estudio elaborado por Mapping Police Violence, la Policía estadounidense mató en 2017 a más civiles que a terroristas. El análisis indica que la mayoría de tales homicidios podría haberse evitado.

El estudio precisa que los afrodescendientes de Estados Unidos tienen más probabilidades de morir a manos de la Policía. Si esta no hubiera matado a personas que no representaban una amenaza con un arma de fuego, en 2017 se habrían producido 638 muertes menos, es decir, un 57 por ciento menos.