De Lima a La Habana: Con guantes y sobre bielas se funde el acero (+ Videos)

De Lima a La Habana: Con guantes y sobre bielas se funde el acero (+ Videos)
Fecha de publicación: 
3 Agosto 2019
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No me gusta montarme en el tren del surrealismo cuando de análisis deportivos se habla. Tampoco volverle la espalda a rendimientos por debajo de lo deseado. Esa mirada de analista siempre me lleva por caminos de rigor y justeza, ya sea con predicciones o radiografiando deportistas.

Es cierto, el boxeo nuevamente se vistió de lo que es, el buque insigne del deporte cubano, con ocho hombres encumbrados a lo más alto del podio, una plata y un bronce.

En este milenio, desde santo Domingo 2003 (el palmarés fue de 6-3-1), nunca se había rubricado una actuación como la que protagonizaron los púgiles en Lima. Río los vio culminar con 5-1-2, Guadalajara lo sellaron con 8-1-0, y hace cuatro años en Toronto la foja fue de 6-4-0.

Osvel Caballero: El eléctrico

El calificativo le queda como anillo al dedo. No titubeo para asegurar que el camino a la cima del debutante Osvel Caballero (56 kg) era el más escabroso.

Su debut con convincentes 5-0 sobre el curtido colombiano Ceiber Ávila, hacía presagiar un rendimiento de relieve. Luego dejó en el camino al dominicano 4-1 al dominicano Alexy de la Cruz, y en la definición no creyó en el subcampeón de Hamburgo 2017, el estadounidense Duke Ragan, a quien despachó por veredicto unánime.

Buenas combinaciones, rápidos desplazamientos, preciso en su golpeo con el jab de izquierda taladrando y descargando el swing de derecha lo hicieron superior en toda la ruta. Menudo estreno del mayabequense.

Andy: libra por libra un fuera de serie

Ciertamente cuando un púgil se enfrenta al matancero Andy Cruz (64 kg), las opciones de imponerse son mínimas. A sus 24 años es considerado uno de los mejores púgiles, sino el mejor, libra por libra en el más excelso entorno universal.

Capaz de desdoblarse en todos los estilos de pelea, pero poseedor de una riposta endemoniada, disertó ante el impetuoso estadounidense de 20 abriles Keyshawn Davis, quien para nada se antojó una panacea.

Andy, airoso por 4-1, encontró la brecha en la guardia de su adversario, sacó partido de su jab de izquierda, y lo conjugó con swines y uppers bien certeros para no dar margen alguno a las dudas y repetir su cetro de Toronto, en ese entonces en los 56 kg.

A propósito de su rendimiento expresó a CubaSí:

“Ganar títulos panamericanos en dos divisiones diferentes es algo bien complejo. Me sentía muy bien preparado. Quería demostrarle a mi rival y al público que nos sigue, quien es el mejor en los 64 kg, pues en el clasificatorio me impuse al americano con votación dividida.

Es joven, rápido, de buena técnica… por lo tanto un rival de cuidado. Supe sacar ventaja, mantenerlo a raya con mi jab cuando intentaba entrar a pegarme, y ripostar con mi swing de derecha.

Fiel a mi estilo y muy contento. Este oro es para toda Cuba, al igual que los ganados por mis otros compañeros. Los Domadores tienen el látigo poderoso”.

Arlen se reencuentra con la victoria

Arlen López necesitaba un triunfo para desterrar ciertos demonios, recuperar la confianza en ocasiones puede antojarse complicado. En una pelea en la que carburó de menos a más y se soltó a combinar en el segundo y tercer asaltos, sacó poco a poco ventaja sobre el joven pero rocoso brasileño Hebert Carvalho.

La clave fueron sus swines de derecha, la precisión en sus desplazamientos y esquiva, y la capacidad para contener las ráfagas de su oponente. El desenlace por 5-0 coronó un torneo en el que se mostró sólido, pero desde mi prisma aún no como el Arlen 360 titular olímpico de Río de Janeiro 2016.

En el caso de Erislandy Savón se mostró un poco tímido a la hora de golpear a su rival ecuatoriano. En competencias venideras el guantanamero debe mostrase en toda su dimensión cualitativa para dejar aún más claro su condición de campeón.

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Lisandra Guerra (al centro) demostró ser una todoterreno y tras la maternidad regresó con plata, su quinta presea en Juegos Panamericanos. Foto: José Meriño, enviado especial.

Lisandra: Honor a un apellido Guerra plateado

Ni los más osados oráculos hubiesen podido predecir que la ciclista Lisandra Guerra, luego de más de un año alejada de las pistas, se aparecería en lima para escamotearles una presea de plata a sus contrarias en el Keirin.

Sí, pudiéramos decir que su presea fue prácticamente un robo a pedal limpio, pues perdida de la palestra competitiva, casi nadie contaba con semejante rendimiento. Lo cierto es que la pedalista natural de Colón, Matanzas, consiguió su quinta presea en cuatro ediciones de Juegos Panamericanos en línea, desde que se iniciara precisamente con plata en la velocidad de Río de Janeiro 2007.

Visiblemente emocionada y con lágrimas enjigadas en sus ojos, dedicó su triunfo a su pequeño hijo Thiago, agradeció enormemente la confianza de su entrenador Florencio Pérez, y el resto de sus compañeras de equipo, y aseguró que su presea sirvió para demostrar que aún no está acabada.

Dilucidó que de cara a Tokio, donde las exigencias serán considerablemente mucho más altas, no cree estar lista. Por ahora disfruta su triunfo, se enfoca en la prueba de velocidad femenina, en la que largará este sábado junto a otras 14 pedalistas y casi víctima de Morfeo me aseguró me concedería una entrevista detallada al término de su fecha competitiva.

El viernes también dejó…

Con un poco más de trabajo de lo esperado el equipo de voleibol masculino se impuso 3-0 a Perú con parciales de 25-15, 25-18, 25-19 y aseguró presencia en semifinales, instancia donde se medirá a Brasil, victimario 3-2 de Estados Unidos.

Miguel Ángel López (14 puntos) y Liván Osoria (12) fueron los máximos anotadores por los vencedores. Álvaro Hidalgo (7) sobresalió por la escuadra anfitriona.

Los octavos escaños de Jeinkler Aguirre y Yusmandy Paz (315.90 puntos) en la final de la plataforma sincronizada a 10 metros; y Anisley García, quien acumuló 251.65 puntos en el trampolín a un metro. Su coterránea Prisis Ruiz finalizó última entre las 12 finalistas con 226.35.

Los honores en cada caso recayeron en exponentes de México y Estados Unidos por ese orden.  Hablamos de Iván García-Kevin Berlín, y Sarah Bacon (284.10).

Juan Miguel Rodríguez, quedó a dos platos rotos de los líderes en el primer día del skeet, lo que representó la mejor actuación de un tirador cubano. Rompió 48 de 50 y mereció el escaño nueve, que debe mejorar en el segundo de 75 para incluirse entre los seis finalistas. Su compañero Guillermo Alfredo Torres solo con 41 (21-20) quedó en el 25 de 28, y difícilmente podrá acceder a la ronda por las preseas. El canadiense Trysten Curran-Routledge y el puertorriqueño Miguel Pizarro hicieron tiradas perfectas de 25-25.

Entretanto, Sheyla González se ubicó en el lugar 11 y su compañera Laina Pérez en el 19 en la etapa de precisión en el inicio de la pistola 25 metros para mujeres. González sumó 282 (90-97-95) en tanto Pérez consiguió 277 (94-92-91). Hoy en la ronda rápida buscarán incluirse entre las ocho finalistas por las medallas.

De positivo puede catalogarse el cuarto peldaño de las antillanas en el programa de cinco pelotas correspondiente a la lid de gimnasia rítmica, que acoge el tapiz del Polideportivo Villa El Salvador. Ellas se ubicaron tras Brasil, México y Estados Unidos.

Los colectivos continúan haciendo aguas

La segunda derrota en línea dejó fuera de las semifinales del torneo de hockey sobre césped a nuestra es cuadra femenina. Fueron vapuleadas  de 13-1 ante las súper favoritas Leonas de Argentina. Las gauchas, junto a Canadá se aseguraron para la siguiente fase con dos éxitos cada una.

De la gran expectativa al inframundo. Bien pudiera titularse así el filme del elenco varonil de balonmano en Lima. Sin saborear el triunfo cayeron 21-23 frente a Argentina y con tres reveses en línea se despiden de los Juegos.

Cuba inicia la fecha competitiva del sábado 3 de agosto en el quinto puesto (14-11-10) de la tabla general de medallas, aupada por los puños de sus púgiles. Nos aventajan Estados Unidos (41-33-25), Canadá (16-28-19), México (16-12-29), y Brasil (14-14-23), en una cruenta batalla entre las potencias deportivas de América.

Aún nos codeamos en ese entorno, pero de vuelta a la objetividad y franqueza que me caracteriza, hemos cedido terreno. Y cuando caiga el telón de los juegos veremos si somos capaces de emular los 36 vellocinos y la cuarta plaza de hace cuatro años en Toronto.

Por ahora 23 es el número mágico.

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