Goyo Montero: «Lo ideal sería que no le temiéramos al diferente»

Goyo Montero: «Lo ideal sería que no le temiéramos al diferente»
Fecha de publicación: 
31 Julio 2019
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Muchas de las personas que pasan frente a la sede de Acosta Danza, en la habanera calle Línea, se detienen frente a la gran pared de cristal para ver lo que pasa en el salón de ensayos. Por estos días ha habido mucha actividad: la compañía que dirige Carlos Acosta prepara su temporada XII, que ofrecerá en la sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba un selección de piezas de dos coreógrafos españoles: Jorge Crecis y Goyo Montero.

El último es, de hecho, coreógrafo residente de la agrupación, por lo que conoce perfectamente al elenco con el que ahora mismo está trabajando.

En la temporada, que comenzará el viernes 2 de agosto en la sala Avellaneda del Teatro Nacional, se repondrá su obra Impoderable, una creación a partir de la música del trovador y poeta Silvio Rodríguez que ha sido presentada aquí y varios escenarios de Europa, siempre con buena acogida de la crítica y el público.

Pero el plato fuerte será el estreno de Llamada, con la que en la Goyo expondrá una serie de preguntas sobre la sexualidad y la libertad personal de cada ser humano.

Después de una larga sesión de ensayos lo entrevistamos.

—En las obras que ha montado para Acosta Danza es notable una vocación de ir más allá de la pauta meramente física… ¿Cómo se plantea la nueva pieza?

—En Imponderable intentamos hablar de la obra inabarcable de Silvio Rodríguez, un poco sobre eso que resulta inasible en el ser humano, esa faceta poética, casi surrealista de su trabajo…

«En esta pieza, Llamada, quería referirme a algo más concreto, quería hacer (y hacerme) preguntas sobre el género.

«Las piezas son hermanas porque las dos parten de la voz. En Imponderable era por supuesto Silvio, ahora son Miguel Poveda y Rosalía, dos excelentes artistas.

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Foto: Lester Vila/ Cortesía de Acosta Danza.

«Estamos presentando preguntas de un tema muy candente ahora mismo: la diversificación de los géneros. Las líneas están menos claras. Y al mismo tiempo, las personas tienen una gran necesidad de expresarse y encontrarse a sí mismas. No todos tienen la suerte de que los comprendan y los acepten en sus sociedades.

«¿Qué es lo masculino? ¿Qué es lo femenino? El título de la pieza representa esa llamada de algo muy fuerte y que no puedes evitar. Puede ser la fe, y puede ser también la sexualidad, la vocación… Es algo que si rechazas, siempre vas a estar incompleto».

—¿Dónde ha encontrado la inspiración? ¿Hasta qué punto lo ha influido el debate que generan ahora mismo esos temas en Cuba?

—Yo creo que son preguntas que se hacen en todas partes. Yo mismo, cuando era pequeño, tuve que sufrir que por estudiar danza me llamaran homosexual, cuando yo no era homosexual, es más, ni siquiera sabía qué era ser homosexual o heterosexual.

«Mi padre fue bailarín y tuvo los mismos problemas.

«Hasta en las sociedades más desarrolladas sigue habiendo problemas básicos de educación. Hay que enseñarle a los padres para que a su vez le enseñen a sus hijos que pueden haber muchas variantes de la sexualidad, y que es necesario, al menos, ser tolerantes. Lo ideal sería que nos aceptáramos, que no le tuviéramos miedo al diferente. Es la única manera de no rechazarlo».

—Monta nuevamente con Acosta Danza. ¿Cómo ha sido el reencuentro?

—Yo dirijo una compañía en Alemania, pero esta es mi segunda compañía. Esta es la tercera pieza que coreografío para ellos. Esta compañía ya es como mi familia. Hablamos el mismo lenguaje, enseguida nos entendemos. Ellos llevan muy coreografías muy lejos.

«Es difícil trabajar en profundidad cuando estás invitado en una agrupación; pero al tener una continuidad aquí, he conseguido consolidar mi lenguaje dentro de la compañía. Espero que este sea un paso más».

—El hecho de ser coreógrafo residente seguramente le plantea algunas responsabilidades…

—He tenido la suerte, en los últimos años, de trabajar en sitios muy importantes, que te suponen mucha presión. Pero yo intento olvidarme de todo eso e intentar conectar con la gente, partiendo de mi honestidad.

«Lo bueno es que con Acosta Danza ya existe esa conexión. Por supuesto que siento la responsabilidad, pero trato de pensar en eso cuando estoy montando, porque si lo hago seguro que me bloquearé».

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Foto: Lester Vila/ Cortesía de Acosta Danza.

La temporada XII incluye también la reposición de Twelve, espectáculo de Jorge Crecis que mezcla el deporte, la danza y las matemáticas. Las entradas estarán a la venta a partir del martes 30 de julio en la taquilla del Teatro Nacional de Cuba.

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