Más que peor: Trump sigue quebrando a Estados Unidos

Más que peor: Trump sigue quebrando a Estados Unidos
Fecha de publicación: 
26 Mayo 2019
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En aquel entonces, noviembre del 2016, su victoria sólo era augurada por muy pocos medios de prensa, apenas un 2%, entre ellos el muy conocido cineasta Michael Moore, y por aquí, por nuestros predios, fue indicada por el entonces jefe de la página internacional del periódico Granma, Sergio Alejandro Gómez-Gallo, hoy en las huestes del popular portal Cubadebate.

El mal acontecer fue resumido por el destacado lingüista y analista político Noam Chomsky: “Trump es resultado del miedo y de una sociedad quebrada por el neoliberalismo”

Era la primera vez en la historia de Estados Unidos que ambos candidatos presidenciales (la otra era Hillary Clinton) eran extremadamente impopulares, lo cual califica también a las instituciones: Congreso, bancos, corporaciones.

Ello no sólo es un atributo norteamericano, sino que se extiende a Europa, lo cual refleja el avance de la ultraderecha en casi todos los países del llamado Viejo Continente.

Pero volviendo a EE.UU., y citando palabras de Chomsky, “hay una parte de la población blanca que está aterrorizada con la pérdida de la supremacía blanca en la sociedad estadounidense. En 10 o 15 años, la mayoría de la población ya no será blanca. Y EE.UU. es un país levantado sobre una idea extrema de supremacía blanca. Y perder esta posición dominante desde un punto de vista social y también económico es una conmoción. Además, los éxitos en la lucha por los derechos de las mujeres, o del colectivo homosexual, es visto por una parte de la sociedad como un ataque a su sistema de privilegios, a su sistema de valores, a los valores del sistema patriarcal… ”.

Esto se ha seguido reflejando en estos años de mal gobierno de Trump, quien pretende reelegirse en el venidero 2020, en unos comicios en los que, lamentablemente, tiene grandes opciones.

Y es que la gran mayoría de la población, en el extremo bajo de la escala de ingresos/riqueza, se halla, de hecho, excluida del sistema político, y sus opiniones y posturas son pasadas por alto por sus representantes formales, mientras que un pequeño sector en la cima posee una influencia arrolladora.

Todo se derechiza, desde el gobernante Partido Republicano hasta el opositor Demócrata, el cual, no obstante, ha presentado por estos días numerosas figuras que en el contexto mundial no podrían ser tachados de izquierdistas, pero que en la sociedad conservadora norteamericana, lo son.

Además, Trump ha sido favorecido por decisiones judiciales que lo exoneran de acusaciones levantadas por doquier de cooperación con Rusia, algo completamente sin pies ni cabeza, pero que en Estados Unidos se pueden levantar, aunque, en este caso, se sabía que no podía ser cierto. Así, Trump se encontró con el camino más libre para buscar la reelección, mostrando como principal logro el buen desempeño de la economía del país, algo importante para la inmensa mayoría de los votantes, fieles al lema de que “los norteamericanos votan con el bolsillo”.

De ahí que a los demócratas tendrán que estudiar el nuevo escenario político a los fines de definir una estrategia que les permita tener un buen desempeño en las elecciones generales del próximo año, a sabiendas de que derrotar a un presidente Trump, ahora fortalecido, no le será nada fácil, porque mantiene el 45% de popularidad, parecida a la que permitió reelegir a Obama y Clinton.

Del lado demócrata, hay varios precandidatos, el más reciente fue Joe Biden, el vicepresidente de Obama; Bernie Saunders y Elizabeth Warren. Empero, se habla de posibilidades grandes para Bill de Blasio, alcalde por la ciudad de Nueva York desde 2013, quien en los últimos años ha criticado con frecuencia las políticas deTrump, en materia ambiental, de inmigración y política.

De 57 años, el demócrata lanzó su campaña con el eslogan ‘Working people first’ (‘Trabajadores primero’) y retomó el tema de la desigualdad salarial, el mismo de su campaña rumbo a la alcaldía de Nueva York.

El alcalde ha intentado perfilarse a nivel nacional como rostro de los sectores progresistas, una dura tarea en la que se ha visto eclipsado por senadores como los ya mencionados Bernie Sanders y Elizabeth Warren.

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